sábado, 4 de agosto de 2012

PLAGIO DIALÉCTICO (O en todas partes cuecen habas)

Si a ti, lector conspicuo, te da un día la tontuna lectora y te agarras a leer el Discours sur l'origine et le fondement de l'inegalité parmi les hommes, esa tesis escrita por el cuco de Jean Jacques Rousseau en 1754 para el concurso convocado por la Academia de Dijon (no se la premiaron, los jurados nunca premian las obras en las que se desparrama la audacia, mucho menos la provocación), pues si vas y te pones a leer , repito, el Discurso sobre el origen de la desigualdad, observarás que Rousseau propone ideas alarmantes, como esa de que la propiedad es un robo, y otras en las que arremete contra el abuso legislador de los ricos, o la transformación del poder legítimo en poder arbitrario, que hace señores y esclavos, ideas más desprestigiadas hoy que el pijama de Tarzán, y si no que se lo pregunten a los jetas de la deuda soberana, que no ceden, ideas (las de Rousseau) bien asimiladas por Carlos Marx que se entretuvo en plagiarlas y, con la inestimable ayuda de Engels, se dedicó a deslumbrar al personal con lo de su materialismo histórico/dialéctico. (Más vale que le hubiera pagado el salario a su criada en vez de hacerle un hijo, según dicen las lenguas liberalonas y pérfidamente biográficas).

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