jueves, 28 de noviembre de 2013

INDEFENSIÓN DEL PROFESORADO (A PESAR DE LA LOMCE)


Leo por ahí “que los casos de agresión a los funcionarios docentes sean tipificados como delitos de atentado y se aplique a los agresores los artículos 550 y 551 del Código Penal, que contemplan penas de uno a tres años de cárcel”. Oiga, que está muy bien la medida, oiga, que son ya años tragando el marrón de la falta de respeto, el insulto y la agresión. Al trullo con ellos. Vale. Me atrevo, sin embargo, a decir, que la medida no es suficiente. Puede que con ello se solucione un caso puntual de agresión: manda al agresor a la cárcel. Pero un caso puntual (o dos, o cincuenta) no soluciona el problema. La cuestión no está sólo en sancionar a los agresores, sino en implicar a todas las instancias educativas para que no agredan.
Los comportamientos que hacen papilla el funcionamiento “interior” de un centro, eso es lo que hay que sancionar. Esa tolerancia idiota que impide expulsar de clase (porque el profesor que expulsa es ‘inepto’), que impide expulsar del centro (porque la directiva que expulsa no es apta para una educación progresista), esa tolerancia imbécil que concede al alumno el extraño derecho del desplante verbal, del desprecio, de la guasa, del acoso, esas minúsculas agresiones constantes que se pegan a cualquier ámbito como una melaza, eso es lo que se carga la educación. Me atrevo a decirlo: Los padres, la sociedad y la legislación (que no impone un ambiente de aprendizaje) son los culpables.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

CUATRO PUNTOS Y APARTE, COLEGAS

1) Voces críticas se han levantado ante la 'Evangelii gaudium', la primera exhortación apostólica del Papa Francisco. Y esas voces dicen que el Papa Francisco se preocupa más de los pobres que de la fe. Pues yo no quiero esa fe.
2) Voces competentes dicen que la macroeconomía se ha encargado de desatar, levantar y fomentar deliberadamente la crisis. Es la culpable. Presiona a los Gobiernos para que hagan recortes en el estado de bienestar. De esta forma ganan más con menos. Los ricos, más ricos. Los pobres, más pobres.
3) Voces interesadas dicen que las pensiones del futuro serán más bajas que hoy, por lo que hay que desarrollar planes de pensiones privados. Claro, así aumentará la liquidez de los Bancos y, en consecuencia, el volumen de las inversiones en Bolsa. (Los bancos invierten en Bolsa, ya saben). Siguen ganando los ricos.
4) La Asociación de jueces Francisco de Vitoria acusa a PP y PSOE de pactar un Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que tape casos de corrupción. Se cargan pues este órgano institucional creado expresamente para garantizar la independencia del poder judicial frente al resto de los poderes del Estado. Si esto es así, yo no quiero esta democracia.

domingo, 24 de noviembre de 2013

EL ARGUMENTO Y LA FALACIA CUTRE

Hoy he leído en El Mundo una afirmación de Esteban González Pons que me ha hecho volver los ojos a la lógica formal (de hace tantos años). Dice Pons: «Los dirigentes del PP son tan honrados como todos». Esta afirmación contiene un silogismo ordinario de dos premisas: 1) "Los dirigentes del PP son tan honrados": esta es la premisa menor, hace de sujeto de la proposición sintáctica que conforma la conclusión; 2) "Como [lo son ] todos [los dirigentes]": esta es la premisa mayor, hace de predicado de la proposición sintáctica de la conclusión. Si ordenamos el silogismo, puede formularse así:
Todos los dirigentes son honrados, es así que el PP tiene dirigentes, luego todos los dirigentes del PP son honrados. La falacia reside en que las  características propias de un elemento —la honradez— se añaden al todo en el que se integra, o al revés, los elementos de un todo se atribuyen a elementos particulares.
Podríamos ordenar el silogismo negando la mayor, quedaría así:
Los dirigentes del PP son tan honrados como todos, es así que no todos los dirigentes son honrados, luego los dirigentes del PP no son honrados. En este silogismo reside otra falacia. Pero esta ya vas tú y la encuentras. Así olvidas un poco las derrotas que el Atleti, El Madrid y el Barça infligieron  ayer a sus contrarios.

viernes, 22 de noviembre de 2013

MICRORRELATO DE LAS RUEDAS DE MOLINO Y UN DIÁLOGO

«Rajoy dice que creará un millón de puestos de trabajo en dos años» (El Mundo, 22-11-2013).
Y como mis tragaderas están acostumbradas a comulgar con ruedas de molino, pues yo voy y me lo creo.
«La Junta de Andalucía da otros 6'5 millones de euros a UGT en pleno escándalo» (ABC, 22-11-2013).
Y yo, como un pardillo acostumbrado a comulgar con ruedas de molino, pregunto; ¿Y para qué quiere UGT tantos millones?

Diálogo:
—Rajoy se apunta a la campaña pro Cristiano Ronaldo —dijo el enterado.
—Entonces pierde —respondí.
—No sé qué tienes contra el PP —dijo arrugando la nariz.
—No tengo nada contra ningún partido político —dije.
—¿Entonces?
—Estoy en contra de determinados políticos —afirmé.
Y le puse suavemente la mano en el hombro.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

REFÚGIATE EN EL BLOG, TÍO

Cuando Jorn Barger  puso en circulación la cosa del blog en diciembre de 1997 no sabía el circuito abierto que desencadenaba en el impulso opinante de la ciudadanía. O quizá sí lo sabía y por eso lo webalizó (¿existe el palabro? Ahí queda). Ahora sabemos (según leo) que los blogs se utilizan para filtrar información (cuando es sabido que la saturación informativa produce deformación), organizar negocios (con lo que la utilización del móvil puede irse a tomar por saco), compartir noticias familiares (y chafar las prolijas peroratas de fijo a fijo entre suegra y nuera), establecer relaciones profesionales (adiós a la publicidad impresa de ofertas de trabajo), fomentar el cambio social (despatarradas quedarán las reuniones asociativas, de Ong’s, por ejemplo) y reflexionar sobre el sentido de la vida (con lo que llegará el día en que las asociaciones filorreligiosas se extingan por consunción). Y no queda ahí la cosa. Hay blogs que se meten contra los políticos. Politicuchos. Así los califica un blog que aparece en periódico de tirada nacional. “La torpeza de los políticos españoles parece no tener límites. Los informativos ofrecen cada día una imagen más penosa de los políticos españoles, esa subespecie humana escasamente evolucionada que se caracteriza por su torpeza y sus malos modales”. ¿Tan idiotas son los políticos y tan listos los que no se dedican a la política? El relativismo al servicio de los intereses generales de la vida. John Dewey lo dejó asentado: el concepto de verdad no es ya un asunto teorético sino una práctica descarnada. Así lo entienden los más de ciento ochenta y seis millones de blogs que serpentean por Internet.

domingo, 17 de noviembre de 2013

(Continuación 3) LA COSA DE LA POLÍTICA

La cosa de la política 3
El lector que haya conseguido llegar hasta aquí, superando la tentación de arrancar la página y arrojarla al basurero más cercano, pensará sin duda que he caído en lo más hondo de la depresión política. Este tío está zumbao, exponer un punto de vista tan negativo de la política, con la de autovías que nos están haciendo nuestros amados gobernantes, y residencias de la tercera edad, y casas de cultura sin parar, y programas de dinamización turística, y senderos de rutas ecológicas para admirar las maravillas de la naturaleza, y charletas televisivas o radiofónicas para que el personal se mantenga bien pero que bien informado, y aceras y farolas y bancos en todos los pueblos, pero que en todos los pueblos aun en los más pequeños, para que descansen los tercerasedades en sus sanos y saludables paseos diarios. Respeto al lector. Y hasta lo aplaudo. Así y todo, no hay más que leer la prensa diaria para convencerse de que algunas de las ideas políticas desarrolladas hace siglos gozan de permanente actualidad. Y aunque les falta la comprensión hacia lo histórico, el individualismo es el rasero con el que miden la dimensión de lo existente, como ahora. Aunque no todos estaban de acuerdo, naturalmente. «Dios crea solo individuos, no naciones», dijo  Benedictus de Spinoza.
(FIN de La cosa de la política)

(Continuación 2) LA COSA DE LA POLÍTICA

La cosa de la política 2
Resulta cuando menos sorprendente que pensadores de unos siglos antes de Cristo apostillaran con frases tan contundentes la actualidad en la que ahora mismo nos movemos, inicios del siglo XXI, más de dos mil años después. Todo para subrayar la idea de poder. La política no es para relacionar a los hombres con los hombres. Esa era la inocencia de Aristóteles. La política es para resaltar la naturaleza del más fuerte. Sólo los débiles se inventan costumbres y leyes para protegerse con ellas. La cultura democrática recoge estas ficciones y pone así límites al poder de los fuertes. Estas ficciones las desarrolla Maquiavelo. Para él, la base del obrar político no es lo que debe ser, sino lo que es, lo que presenta la realidad diaria. Y la realidad diaria demuestra trágica, sangrientamente, que los hombres son malos.  De ahí entresaca los principios fundamentales de la política. La utilidad política queda constituida prácticamente en norma absoluta, lo que da pie a la escisión tremenda entre política y moral. Priorizando lo escuetamente político, es decir, la técnica política, concluye Maquiavelo que «el hombre que quiere en todo hacer profesión de bueno, ha de arruinarse entre tantos que no lo son». El Estado y sus leyes no son más que una convención en la que los ciudadanos se ponen de acuerdo para protegerse unos contra otros. (Continuará)

(Continuación 1) LA COSA DE LA POLÍTICA

La cosa de la política 1
No para ahí la cosa, porque si los anticuerpos se fijan en determinados tejidos, hay tantos, tejido familiar, tejido educativo, tejido económico, tejido religioso, tejido homoerótico, tejido industrial, tejido agrícola, tejido de autonomías e independencias, tejido de mujer trabajadora, tejido de violencia de género, tejido de terrorismo, tejido militar, tejido de culebroneras, culifinas y culimajos, tejido de televisión analfabeta y culigorda, tejido deportivo con su dopaje y sus engañifas, tejido de salsas rosas y grasientas, decía que si los anticuerpos se fijan en determinados tejidos la liamos gorda, porque aparece entonces una alergia tisular que se manifiesta en erupciones y en eccemas que dejan la piel social y ciudadana convertida en un desastre enrojecido en el que la comezón no deja de levantar manos y pancartas y el picor insoportable no deja de abrir bocas y de lanzar invectivas, insultos y descalificaciones. Y eso si, en determinados estamentos, no entra además asma bronquial y problemas digestivos y hasta oculares y nerviosos, que también son reacciones peculiares desencadenas por alérgenos (políticos). La política. La cosa política. En qué ha quedado la política. Si dijera que odio la política, tal vez más de uno se llevaría las manos a la cabeza y me señalaría ferozmente con el dedo, como a individuo peligroso y oscuro. Sin embargo, creo que sí. Odio la política. Es decir, odio el conjunto de hechos, el entramado a través del cual quieren hacernos creer que ‘eso’ es la política. El relativismo sofístico acuñó una frase de Gorgias: «Yo creo que si alguno pidiera a todos los hombres que reunieran en un punto todo cuanto cada uno piensa que es inconveniente y luego pidiera de nuevo que cada cual retirara de aquel montón lo que piensa que es conveniente, de seguro que no quedaría allí ningún trozo, sino que todo hubiera quedado repartido entre ellos». Antifón proclama que es lícito traspasar la ley: se puede hacer tranquilamente con tal que nadie lo advierta.
(Continuará)

LA COSA DE LA POLÍTICA

¿Hablar de política? (Click)
De qué otra cosa va a hablar uno si no es de la política, háganse cargo, no digo hablar de política sino hablar de la política, clavada la utilización del determinante ‘la’, con todos los rigores de la determinación, un ‘la’ que actualiza la idea abstracta que se suele tener de la política, hablar de política es una generalización que puede referirse a todos los procesos políticos que se encuentren, se hayan encontrado o se puedan encontrar, hablar, sin embargo, de ‘la’ política, concreta el proceso a que nos referimos y lo actualiza a este momento, a esta situación, a esta España nuestra de ahora mismo. Así que de qué otra cosa va a hablar uno si no es de la política, estos días tan politizados, tan polinizados de política, tan provocadores de alergias y estornudos y moquilleo políticos, tan propios de individuos que, sensibilizados ante la sustancia política, reaccionan después ante ella de una manera exagerada. Y ocurre que los anticuerpos frecuentemente permanecen en la circulación social, con lo que aparece una especie de urticaria provocada por los medicamentos políticos (quiero decir medicamentos recetados por los políticos, no me refiero, evidentemente, a que los medicamentos sean políticos de por sí). Y ya está bien de rollo patatero. 
(Continuará)

jueves, 14 de noviembre de 2013

"LA ROJA" Y OBIANG

¿Qué intereses existen en la Federación Española de Fútbol para concertar un partido de la Selección Española, La Roja, con la de Guinea, país en el que ni siquiera hay Liga de fútbol? El ridículo internacional de la Roja es clamoroso: el Gobierno español carga con la responsabilidad del bolo en Malabo a la Federación Española y la Federación dice que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha autorizado el partido en Guinea. Entre tanto, Amnistía Internacional y Human Rights piden la suspensión del encuentro futbolístico. Los jugadores, algo avergonzados, andan diciendo que no quieren hacerse la foto con Obiang. Y digo yo que por qué no se han plantado. Aparecen en programas deportivos (y no deportivos) haciendo de buenecitos, ayudando con su imagen a solucionar problemas del hambre en el tercer mundo, o la desnutrición infantil, cosas así. Ahora podían haber demostrado, negándose a jugar, que están en contra de la dictadura ominosa de Obiang. Lo de la foto es una bobada.

martes, 12 de noviembre de 2013

LA COSA DE ESCRIBIR

Es fácil la cosa de escribir. Leer se lee poco. Pero escribir escribir, lo que se dice escribir, la gente escribe una barbaridad. Lo cual que es índice, registro y exponente, todo a la vez, de la asentada cultura por la que atraviesa la sociedad. El problema (que no es tal problema, afirmo) reside en que hay que leer mucho para poder escribir. Si no se lee no se escribe. Pero da igual. En una sociedad como la nuestra, una sociedad tan informada, no es importante el hecho de leer. Aunque la sociedad no esté formada, está muy informada. Las cadenas de televisión y las emisoras de radio informan a diario, con la sobreabundancia de las moscas en el vertedero, acerca de los acontecimientos regionales, nacionales, internacionales. Son las fuentes principales de las que se bebe la información. La sed del personal es insaciable, así que las citadas fuentes hidratan, oxigenan, refrescan e incluso nutren de atosigante información las neuronas cognitivas del gentío, realzadas por su capacidad opinante. Si alguien opina, es que está informado. No hay más que ver los ingeniosos y cultos mensajes de opinión, de exquisita ortografía, que aparecen en algunas cadenas, esas franjas horizontales que se deslizan interminablemente en la parte inferior de la pantalla: «t kiero susi eres la mejor», «la + wapa eres tu belen no agas kaso», «techaría un polviyo rayano pq estás mu wna bs», «me das asko tía ponte un kandao en los morros», y otras excelentes muestras, parecidas e incluso mejores, del informado caletre del gentío. De lo que se deduce que no es necesario leer para escribir. 

lunes, 11 de noviembre de 2013

MICRORRELATO DEL AEROPUERTO


—¡Qué vergüenza, Dios mío! —me dice un viejo conocido recién llegado de uno de esos viajes que el Imserso organiza para los tercerasedades.
—¿Qué pasa —le dije—, te hicieron empuñar el hacha para liberar tus obsesiones con lo de la destructoterapia?
—Ojalá hubiera sido eso —respondió—. Fue peor. En el aeropuerto. Nada, que nos obligaron a sacar cuanto llevábamos en los bolsillos, en la bolsa y en la maricona. Fue cruel. La hebilla de mi cinturón no hacía más que pitar y me obligaron a quitármelo. Los pantalones se vinieron abajo (me los compré anchos por la comodidad, ya sabes) y quedaron al aire unos calzoncillos decorados con pin up rojas, para la fantasía sexual, me había dicho la parienta.
—¡Qué fuerte! —le dije.
—El caso es que los calzoncillos seguían pitando —continuó—, y nada, los cabrones, que me hicieron que me los bajara.
—¿Cómo? —me sorprendí—, no es posible, eres muy peludo.
—Fue posible —dijo—. Menos mal que a duras penas me cubrí las vergüenzas con las palmas de las manos.
—Pero, qué coño sonaba en los calzoncillos —le pregunté.
—Pues ya ves —me dijo extendiendo la boca—, nos dio por entrar en una sex shop y cargamos con unos preservativos musicales que yo escondía en el bolsillín interior de los calzoncillos. El chip de la musiquilla, eso hacía que se disparase la alarma. Y el pudor se escondió entre los pliegues de la turbación.

viernes, 8 de noviembre de 2013

ENTENDER EL ARTE

Quizá el arte también tenga cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente, como la Quimera, y quizá sea necesaria la intervención heroica de algún Belerofonte decidido a matarla, con la ayuda del alado Pegaso. Quizá. Pero no es para tanto. El rutilante cojón de mico que algunos sectores de la prensa han levantado indica que desconocen lo que quizá conocen Dolce & Gabanna: los dos significados de la hermosura invisible, es decir, el contraste entre la hermosura agradable de la forma externa y la hermosura funcional de la estructura interna. Como los españoles somos tan torpes, pues resulta que no sabemos entender el arte. No me extraña que Domenico Dolce y Stefano Gabanna monten desdeñosamente en cólera y afirmen así, como quien no quiere la cosa, que España está atrasada y que los españoles somos unos carcas. No entendemos de arte, qué se le va a hacer. Estos modistos italianos utilizan la violencia y el sexo no para vender ropa, qué va, sino para “explorar la sutil frontera entre moralidad e inmoralidad”. Precisamente en esa exploración consiste el arte en su sentido más puro porque el arte es recrearse en los cuerpos y en el erotismo, dicen los tíos. Y los españoles sin enterarse de lo que vale un peine artístico. Porque oiga, sepan ustedes que de publicidad sexista, nada (afirman). Estos italianos, tan listos, son unos artistas. Como Fidias, Zeuxis, Polignoto o Parrasio pueden llegar a la perfección de las formas vivas. Nosotros somos tan gilipollas que además nos lo creemos. Entre el fundamentalismo religioso de la derecha y la corrección política de la izquierda, el arte escapa a uña de caballo, más bien a pluma de Pegaso, para salvar a Belerofonte de la atracción seductora de Estenobea, esposa de Preto, rey de Tirinto. La Quimera, mientras tanto, suelta.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

EL PUEBLO Y LOS CIUDADANOS NO COINCIDEN

El gentío es inocente, ya saben ustedes, con la inocencia del pueblo que es como antes se le llamaba, “el pueblo”, sustituido ahora por la rimbombancia semántica de ciudadanos, pertenecientes a una categoría abstracta denominada “ciudadanía”, porque el término ciudadanía se aproxima más devotamente a la idea de república, se  acerca más reverentemente al concepto emancipador de revolución, se aplica más ardorosamente al pensamiento histórico de progreso. En cambio el pueblo, lo que se dice “el pueblo”, conlleva una idea agreste y rudimentaria de terruño y camisa sudada, en contradicción precisa con la electrónica, la ley de protección asistida y la libertad de elección sexual. Tanto es así, que es raro escuchar de labios políticos, o de boca progreta, aserciones tan arriesgadas como, por ejemplo, ‘el pueblo español prefiere el proceso de paz’. Ni hablar. De pueblo español, nada. Es el ciudadano de este país quien prefiere el proceso de paz. Oyes al señor Urkullu, con su cara seriamente litúrgica de maestro de ceremonias, y va y dice que el ciudadano ha elegido el proceso de paz. Y, a noticia seguida, oyes al señor Rajoy, con su cara de bibliotecario decimonónico e, idénticamente, va y dice que el ciudadano quiere que se respete la Constitución y que no se negocie con terroristas. ¿Qué ciudadano español de este país exige tal postura? ¿Cuántos? ¿Qué ciudadano exige la contraria? ¿Cuántos? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Las encuestas? Me tiro al suelo de la risa y me abofeteo sañudamente para desencajarme la mandíbula. Todo el mundo sabe que las encuestas siempre arrojan resultados satisfactorios para el organismo que las encarga. Así que al ciudadano se le ofrecen comuniones con ruedas de molino. Y las traga. En cambio, el pueblo era más duro de pelar. 


domingo, 3 de noviembre de 2013

IDIOTOLOGÍAS

Rubens las pintaba así de rellenas
Actitudes de aceptación específicamente idiotas: la grasa no engorda. Es la revolución dietética del doctor Atkins. Según él, «se puede tomar toda la grasa y proteína que se quiera, siempre que no se aumente el consumo de hidratos de carbono». Por mí, bienvenido sea el chorizo y la patatera asada, pero a ver qué hacemos con garbanzos, alubias y lentejas, tan saludables para lo de la fibra. Quizá tuviera razón doña Leonor, hace tantos años, cuando afirmaba que los garbanzos para los loros. También nos han informado hace poco de que las patatas fritas son cancerígenas, de que el vino ya no se considera como bebida alcohólica sino alimentaria y de que la cerveza posee propiedades antioxidantes que prolongan la vida.
¿A quién interesa (capitostes de la Unión Europea) que disminuya la producción de patatas, que aumente la extensión de viñedo y la elaboración de vino, y que se extienda y aumente el consumo de cerveza? Todos sabemos que, a veces, las grandes revistas científicas publican artículos a favor o en contra de determinados productos alimentarios para favorecer el sistema económico. Ahora han prohibido, o van a prohibir, a los jóvenes británicos el consumo de aspirina porque afecta al cerebro y al hígado. ¿No habían proclamado hasta la náusea que la aspirina constituía la panacea universal?   Y el gentío se traga esta tarara idiotológica que empuja a la aceptación o al rechazo de lo alimentario, lo medicinal y lo nutritivo, según venga el aire. Jo.