sábado, 18 de agosto de 2012

UNA DE FÚTBOL


¿Deporte o negocio mundial?
Hoy empieza la Liga de fútbol en España. La liga de las Estrellas. La liga BBVA. Es decir, las estrellas (futbolistas) rodeadas de dinero (BBVA). Deporte, poco. Es triste.
El fútbol ha perdido su virginidad. La inocencia del harpastum que llevaron a Britania las legiones romanas se ha convertido en una obsesión monetaria sin límites. La ingenuidad del Tsu-Chu que los miembros de la dinastía Han (296 a.C.) mostraban para  introducir entre pértigas de bambú una pelota golpeada con el pie, se ha convertido en una intencionalidad antideportiva que deja tiritando eso del juego limpio. La educación renacentista que mostraban los caballeros de Florencia en el gioco del calcio cuando lo practicaban en la Piazza della Signoria el día de san Juan, se ha convertido en una agresividad antideportiva y rencorosa, arquetipo de la venganza ancestral que, no creas, va a ser difícil de erradicar por mucho que Mariano Rajoy se reúna con los altos estamentos del fútbol para lo del bla, bla, bla.
A pesar de todo, uno sigue siendo aficionado al fútbol y me duele su decadencia deportiva, y odio su sobredimensión en millones de euros, qué le vamos a hacer, porque resulta difícil, y doloroso, arrancarse de cuajo las idolatrías iconográficas infantiles. Toda la vida he sido Atlético. Así que me arrellanaré en mi sillón preferido con una buena cerveza fría y unos pistachos para no perderme el Atlético de Madrid-Levante, mañana a las 23:00 horas, una hora extraña, acomodada a los intereses económicos de las teuves y de la FEF. ¡Chupópteros!  

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