martes, 27 de junio de 2017

A PROPÓSITO DEL ORGULLO GAY

Madrid Orgullo 2017. Desde:
viernes
23 de junio
Hasta:
domingo
2 de julio

Quede claro de antemano que carezco de prejuicios sexistas, aunque soy heterosexual. Esta proposición adversativa posee su quid restrictivamente semántico, pues hay quien piensa que, a priori, toda persona heterosexual, por el hecho de serlo, tiene que adoptar y adopta posiciones contrarias a la opción homosexual. Y no es así. O no lo es al menos en mi caso. Respeto las opciones sexuales de cada persona y me parece de perlas la fórmula con la que se reformó el artículo 44 del Código Civil: «La identidad del sexo de los contrayentes no impedirá la celebración del matrimonio, su validez y sus efectos». Me alegro por ellos. Con una alegría racional, ciudadana y democrática. Pero vamos, que no voy a ponerme a dar saltos de alegría y a palmear la espalda de los conocidos que encuentre por la acera mientras comentamos festivamente el acontecimiento. Ni tanto ni tan calvo. Simplemente, aceptar adecuada al tiempo histórico en que vivimos la decisión de consentir legales las uniones civiles entre homosexuales, accediendo así a una reivindicación durante largo tiempo manifestada para conseguir de una vez el reconocimiento de su dignidad, su libertad y su igualdad de derechos. 

viernes, 9 de junio de 2017

¡QUÉ BIEN QUEDA HABLAR DE PROGRESO!

¡Qué bien queda hablar de progreso! Y hasta hay quien se considera culto, importante y muy actualizado porque arroja la palabra «progreso» como un arma cortante en su defensa personal. Sin embargo, la idea del progreso es vieja. Tan vieja como las ideas. Cuando decimos que las ideas gobiernan el mundo o que ejercen un poder decisivo en la Historia, pensamos generalmente en dos grupos de ideas:  el primer grupo reúne aquellas ideas cuya realización depende de la voluntad humana, como la libertad, la tolerancia o la igualdad de oportunidades, por ejemplo. A lo largo de los tiempos, estas ideas han sido (y son) objeto de aprobación o de rechazo según se consideren buenas o malas (útiles o inútiles para colmar las aspiraciones humanas), y no por ser verdaderas o falsas. El segundo grupo de ideas puede tener importancia en la determinación de la conducta humana y, sin embargo, no dependen de la voluntad del hombre. Son ideas referentes a los misterios de la vida, el Destino, la Providencia, el dolor de los inocentes, la inmortalidad personal. Estas ideas pueden actuar de manera importante sobre las formas de desarrollo social y son aprobadas o rechazadas no por su utilidad o perjudicialidad sino porque se las supone verdaderas o falsas. Los regímenes absolutistas y dictatoriales siempre han gobernado manipulando el ventilador ideológico a través de ideas supuestamente verdaderas para imponerlas, o falsas para rechazarlas, aunque su veracidad o falsedad fuese impuesta por decreto. Los gobiernos democráticos (ojo, tampoco hay que echar las campanas al vuelo, tampoco es oro, ni siquiera plata, ni siquiera bronce ¿latón, quizá? todo lo que reluce en democracia) los gobiernos democráticos, decía, difunden su calendario ideológico a través de ideas supuestamente útiles o inútiles para conseguir el bienestar social, sin plantearse el hecho de que sean verdaderas o falsas. Y se hace consistir en ello el progreso.