En el museo de la Academia Etrusca de Cortona hay un bronce que representa a Kulsans, una deidad bifronte que bien pudo ser el antecesor de Jano, el de las dos caras.
La bifrontalidad de Jano emerge repentinamente y se posa en cualquiera, en Ignacio Fernánez Toxo o en Cándido Méndez, por ejemplo y, según como los mire, los veo pobres o los veo ricos. Es el entretenimiento de Jano: utilizar contraposiciones endomórficas. Se empeña en atribuir al pobre la cualidad de la riqueza, y va y lo dota de pelucos de lujo (Raymond Weil, Maurice Lacroix, Rolex), o lo empuja a papear en restaurantes de lujo (Tse Yang, Villamagna), sobre todo si el abducido se dedica al trabajo generoso de procurar el bien de los obreros dejándose la piel en la candente arena de la UGT.
Jano también le da el papirotazo a Fernández Toxo y lo convierte en millonario (114.000 euros anuales, que se sepa), y le hace disfrutar de cruceros de lujo con su amada esposa, entre otras minucias. De paso, defiende a los trabajadores de CCOO en estos tiempos de crisis y altísimo paro.
Jano, el dios bifronte de las dos caras, se parte de la risa con estas cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario