jueves, 6 de mayo de 2021

 


                                CRÓNICAS DE RADIO POPULAR

                                                DESDE  CORIA


          Pésima función del toro de san Juan.

    El toro del encierro salva la función.

 

 

25 de junio de 1969

 

Ayer tarde a las 7 horas, después de los tres toques rituales de campana que anunciaban al gentío la inminente salida del toro, se daba el permiso para abrir la puerta del toril de donde, furioso, salía el toro que había de ser lidiado.

El festejo es popular y no tiene la seriedad de una corrida de toros, entendiendo con esto que no es un novillero o un matador con cuadrilla quien realiza la lidia del toro, sino los mozos de la localidad mezclados con los ‘maletillas’ que acuden en tropel de festejo en festejo.

Después de la lidia, se abrían las portonas de las calles para que el toro corriera por ellas a rienda suelta. En realidad no fue así, porque el astado era de poco peso y pequeño, y no dio la función que el público esperaba de él. Casi se limitó a buscar refugio en los rincones de recinto catedralicio, y por allí esperó su final y su muerte, a tiro de bala, sobre las 8'30 de la tarde.

De todas formas, hay que resaltar la asistencia de numeroso público forastero venido de todas partes que, ataviado con el pañuelo típico, serpenteaba sin cesar por las calles.

Las distintas peñas llevaban cada una su traje o distintivo característico: la Junta de Defensa, la Juventud Cauriense, la Peña del 27 o la denominada “Nosotros”.

Después de la función, la gente se arremolinaba por las distintas atracciones feriales para incorporarse de nuevo, ya por la noche, al segundo encierro de las fiestas que, al igual que el día anterior, fue sobre las 3 de la madrugada.

Llegados a la plaza los cabestros y encerrado el toro, empezaba de nuevo la función con el tercer toro. Este ha dado mejor juego porque, para satisfacción de todo el público, ha corrido a sus anchas todas las calles, no dejando pegar el ojo a quienes remolones, asustadizos o desganados, no asistían a la fiesta. Esta mañana, al toque del alba, recibía el sorprendente premio a su éxito: la muerte.

Ahora la ciudad descansa y adquiere nuevas reservas para empezar otra vez esta tarde con su cuarto toro, en un día de calor, que ayuda aún más a la solidaridad y a la alegría.

 

Desde Coria, para Radio Popular de Cáceres, J. G.

 


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