CRÓNICAS DE RADIO POPULAR
DESDE CORIA
Vigilia
Pascual.
El
conjunto músico vocal “Sendas perdidas” actúa en la catedral.
29
de marzo de 1970
Anoche
se celebró la Vigilia Pascual en la S. I. C[1]
de Coria. A las once de la noche, se encendió una gran hoguera en el atrio de
la catedral. Este fuego nuevo iluminaría los cirios con la nueva luz que,
simbólicamente, saca a los cristianos de las tinieblas del pecado para
llevarlos a la luz de Cristo, a la vida con Cristo.
Todas
las ceremonias de la Vigilia Pascual siguieron su orden litúrgico: la bendición
del cirio pascual, la procesión de la luz, el canto del «Angelica» en el que,
según el texto de san Agustín, somos revestidos con la luz de Cristo en esta
noche en la que se nos rescata del poder de las tinieblas), las lecturas
bíblicas que describen la historia de la salvación, la bendición del agua
bautismal, la renovación de las promesas del bautismo y, finalmente, la misa
solemne de la Vigilia Pascual.
Esta
misa ha tenido en Coria una novedad externa, ya que su parte musical ha sido
llevada a cabo por el conjunto local de música moderna “Sendas perdidas”. Las
guitarras eléctricas alabaron a Cristo resucitado y los amplificadores llenaros
las bóvedas, sorprendidas por el acoso de esta nueva música, ágil y joven, que
no era reproducida por las trompetería de los viejos órganos.
Noticia
diferente, aunque también religiosa, ha sido la de que esta mañana, día 29, a
las diez treinta, el obispo don Manuel Llopis ha celebrado solemne misa
pontifical en la catedral. Al acto asistieron las primeras autoridades locales
y la corporación municipal, bajo mazas. La misa ha sido cantada también por el
conjunto músico vocal “Sendas perdidas” que actuó anoche en la Vigilia. En su
homilía, el obispo explicó las motivaciones teológicas del misterio pascual en
cuanto que Cristo, por su muerte y resurrección, ofrece a los hombres la
realidad de morir al pecado y resucitar a la vida. Por eso, este domingo de
Resurrección es el más importante del ciclo litúrgico.
Con
pascua de resurrección también resucita la naturaleza, estallan los tiernos
brotes de los árboles y los capullos de las flores ofrecen una paz olorosa y
tranquila. Mínguez y El Sierro, las montañas que rodean a Coria, amarillean con
las flores de las escobas y esparcen el olor morado del tomillo.
Desde
Coria, para Radio Popular de Cáceres, J.G.
[1] S.I.C. son las siglas de
«Santa Iglesia Catedral» con que solía aludirse al primer templo diocesano.
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