martes, 4 de septiembre de 2012

LA IGLESIA

Claustro de la catedral de Santander
Hace pocas semanas mi hija María estuvo de visita en Santander. Fue durante los días de la ola de calor en España, con temperaturas que superaban los 40 grados. Incluso en Santander. Bien. Además de gustarle El Sardinero, La Magdalena, los jardines de Piquio o Piquillo, y la plaza Porticada, se dio una vuelta por la parte antigua y pretendió visitar la catedral. Tenía interés por conocer su estructura gótica, sus claustros y sus criptas.  Y digo pretendió porque no llegó a entrar. Una (mujer) guardia de seguridad le impidió la entrada. Con gesto de sorpresa, María le preguntó la causa del impedimento. Razón: mi hija no llevaba una chaquetilla para cubrir sus hombros. Su atuendo veraniego era demasiado liviano y no encajaba con el decoro del templo catedralicio. Era inconveniente (o deshonesto o impúdico, cosas así) llevar sobre los hombros unos simples tirantes. Y no pudo visitar la catedral.
No son cosas de los tiempos de Franco, son cosas de hace veinte días. Con razón el cardenal arzobispo de Milán Carlo María Martini —fallecido el 31-08-2012, a los 85 años—, el más lúcido representante del ala progresista de la Iglesia, la de un catolicismo liberal y no dogmático, dijo poco antes de morir que «la Iglesia está anticuada y cansada. Debe reconocer los propios errores».

1 comentario:

  1. Bueno, a tu hija no la dejaron entrar por una supuesta "falta de pudor". A mi y mi familia no nos dejaron entrar en la catedral de Jerez porque (nos dijo el guarda-taquillero) que había que pagar. Dijimos solo vamos a hacer una visita de cuota. Respuesta: "¡Hay que pagá!". insistimos: "¿Cuando podemos hacerla?". "¡Solo los domingos en la misa de 11, ná má!", nos contestó, y añadió: "¡Hay que pagá!"

    ResponderEliminar