No hay educación de la palabra o, al menos, no hay cultura de la
palabra. Quizá ello se deba a su misma proliferación. El oro es valioso no por su naturaleza áurea sino por ser un
mineral escaso. Precisamente la devaluación de la
palabra tal vez obedezca a esa abundancia verborreica asentada en cualquier
medio de comunicación. De ahí su empobrecimiento. Contribuye a ello también su esencia fugaz. La palabra nace y muere simultáneamente y su cadáver
diminuto va a engrosar el cementerio de lo efímero. Verba volant. Scripta
manent,dicen que dijo Cayo Tito Petronio. Aunque no sabe uno por cuánto tiempo permanecerá la palabra escrita. La
iconoclastia ortográfica se abre paso a velocidad cibernética. Para qué el
empeño de la ortografía. Para qué la implantación de unas reglas de uso
obligado cuando la práctica diaria las va arrojando al cubo de la basura
escrita. Quizá tuviera razón García Márquez cuando se manifestó a favor de la
abolición de la ortografía. Con la utilización del móvil se han hecho añicos las reglas
ortográficas. La economía lingüística de André Martinet se está convirtiendo en
economía ortográfica de uso irreversible. MNSJS D MV.hl conxi.a dixo mikl q xq
no t viens sta noxe xa ca.cnt.no t kds en cas. t kiero. 1b. (Supongo que habrá
que traducirlo: MENSAJES DE MÓVIL. Hola, Conchi. Ha dicho Mikel que por qué no
te vienes esta noche para acá. Contesta. No te quedes en casa. Te quiero. Un
beso). Definitivo. El 1b es la puntilla de la ortografía y la estructura labial
de la palabra.
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