Eso es. Un puñetazo en la boca. Después de conocer que en el último trimestre el paro ha aumentado en 363.000 personas, va uno y lee: «El elixir de los Windsor». El Orejas bebiéndose sus copazos de
Royal Lochnagar. Ahora me explico el porqué de sus habituales mofletes enrojecidos. O sea, que el whisky con el que se cogía sus buenas cogorzas la Reina Madre sigue siendo el estímulo al pedal en la familia real británica. Un 'scotch' que vale a 120.000 euros la botella.
Es un puñetazo para los pobres. Es una patada a la indigencia. Es una obscenidad pintada en las esquinas de la crisis. Ya se sabe, en tiempos de crisis los coches de alta gama, los whiskys exclusivos y las viviendas de lujo no bajan sus precios. Al contrario.
Porca miseria. Mierda.
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