No me parecen justos los recortes del Gobierno español en Sanidad. Tampoco me parece justo que los ciudadanos abusen en su demanda sanitaria. ¿Cuál es el justo medio? Ya me gustaría saberlo. Guillermo de la Dehesa, presidente del Center for Economic Policy Research (CEPR) dice que el sistema sanitario español es “uno de los mejores y más baratos de la UE”. Esta baratura es 'aprovechada', digamos, para que la visita al médico se instale en una frecuencia inusual, porque los españoles consideramos rápidamente un derecho lo que se nos concede gratuitamente. Es evidente que el gasto sanitario aumenta con el envejecimiento. Pero no lo es menos que ese gasto podría disminuir si el gentío no demandase auxilio médico al primer estornudo. Y exigir recetas. (El médico es 'malo' si no receta). Es intolerable que la «frecuencia de visitas al médico en España» sea «un 40% superior a la media de la UE y que la deuda a proveedores en 2010 ascienda a 12.000 millones de euros». ¿Qué pasa, que los españaoles somos debiluchos y los europeos fortachones?
Así que yo también defiendo el pago de tasa por el uso de los servicios sanitarios. Una tasa bajita para que el gentío pueda recibir los servicios necesarios y, al mismo tiempo, disuada a quienes no los necesitan.
En caso contrario, dentro de unos años no habrá Sanidad pública. ¿Y entonces qué?
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