viernes, 25 de mayo de 2012

EL ENGAÑO DE LA EDUCACIÓN

Leo por ahí que Iñaki Gabilondo lanza un video-sermón sobre la educación que se avecina. El subsconciente de Iñaki Gabilondo siempre ha sido partidista. Un partidismo cargado de razones, pero partidismo. Y ya se sabe (quien lo sepa) que la esencia del partidismo es la falta de objetividad. Aquello de la viga en el ojo ajeno, etc. ¿Por qué, me pregunto, la educación es patrimonio de la izquierda y material de desecho para la derecha? Los sedicentes progresistas afirman que hay que invertir mucho dinero en educación para que ésta sea de calidad. Consecuencia: con recortes en educación se extingue la calidad. Rajoy, que es el as de los recortes, (por esto es invitado de honor a las fiestas de los toros de San Juan en Coria este año), Rajoy pues se ha cargado la educación. Eso dicen los predicadores. No estoy de acuerdo. (No estoy de acuerdo, entendámonos, en que la calidad educativa dependa de los recursos materiales. Que Rajoy se la cargue es probable). La calidad de la educación depende en menor cuantía de los recursos materiales que de la adquisición de valores objetivos (las consignas políticas no son valores). Un ordenador por cada dos alumnos, pizarras electrónicas, retroproyectores de imágenes, burocratización bibliotecaria. Muy bien. Válido. ¿Por qué, a pesar de tantos medios, la educación ha bajado a niveles 3 de 10? —Lean los informes PISA, por favor.
Concluyo, con Nietzsche, que la  educación es un invento de la clase humana. Toda educación es coacción, se imponen la norma y el pensamiento al individuo. De izquierdas o de derechas.
Amén.

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