sábado, 3 de marzo de 2012

PROGRESO, PROGRESÍA, PROGRETURA —1

(Continuación)
El progreso consiste en el avance de la ciencia y la técnica, dicen, y es evidente que ambas han alcanzado niveles insospechados, pero de poco valen si no se utilizan para transformar las condiciones de vida. ¿Qué progreso supone la sofisticación de armamento bélico o la sacrosanta triple WWW cibernética o las múltiples conexiones de las redes sociales o la comprobación de las radiaciones de Marte, o la inteligencia de los ratones, por poner unos ejemplos, cuando millones de seres humanos mueren de hambre o son oprimidos y humillados? (Amigo, no me acuses de sonsonete demagógico: el progreso no es para unos sí y para otros no).
¿Qué progreso es éste en cuyo nombre se enriquecen los fabricantes de armas, se incrusta la tontuna en el cerebro del gentío para que ceda a la pulsión consumópata y se adormece al personal con cutrerías insoportablemente televisivas (se le impide elaborar pensamiento crítico)? ¿Qué progreso es éste en el que cualquier chichirimundi se hace político, generalmente para espantar sus obsesiones y conseguir sus pretensiones, como si la política fuese un medro (material o psicológico) en lugar de un servicio real a la comunidad? 
(Continuará)

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