Poco imaginaba Horacio la repercusión posterior de su Oda (I, 11): Carpe diem quam minimum credula postero. Aprovecha el momento y no te fíes del mañana. La Edad Media, el Renacimiento y el Barroco lo utilizaron como tópico literario. En la película El club de los poetas muertos es la frase principal.
Las preocupaciones del gentío, a día de hoy, incitan a ejecutar el carpe diem. Son tres.
1ª. Crisis. Según el barómetro del CIS, el 89% de los ciudadanos encuestados considera la situación económica como "mala" o "muy mala".
2ª. Pesimismo. El 34,2% teme que el futuro va a empeorar.
3ª. Políticos. Es el tercer problema. La clase política, enfangada en la corrupción y el fraude. Lucha entre hienas. En el juicio por el escándalo de los ERE andaluces, Guerrero salpica a Chaves y a Griñán. No está dispuesto a comerse el marrón en soledad.
(Si tienes un huerto, amigo, empieza a cultivarlo. Garbanzos y verduras puede que te vengan bien en los próximos años. Carpe diem).
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