FUTBOLEROS

Programa de fútbol de una cadena de TV privada. Cada cinco minutos, me anuncian "el mejor resumen" del partido. Valencia-Barça, por ejemplo, semifinales de la Copa. Bien. Los comentaristas siguen con su 'minuto a minuto'. En el descanso me clavan 14 minutos de publicidad. Aprovecho para ir a desahogarme. Vuelven a insistir en que, «terminado» el partido (23:45 horas) expondrán un 'amplio resumen' del mismo. Incidencias y polémica. Fin del choque. Me preparo para ver el resumen. Tomadura de pelo. Tengo que tragarme la hermosura de la publicidad. Unos 40 'anuncios', inacabables, con la alegría y la mentira del que ofrece la mitad del cielo, van desfilando ante mis ojos más enfurecidos que adormilados. Desde la técnica insuperable de un reloj suizo hasta el pan de Eduardo Punset; desde coches baratísimos y bellísimos hasta el ADSL más rápido y barato del mercado; desde productos para el resfriado hasta champús y abrillantadores del cabello; desde un durex play gozoso hasta Luz Casal y Geraldine Chaplin clientas de un banco. Unos 40 anuncios, en serio, los conté. Me fui a acostar. No vi el resumen.