domingo, 8 de julio de 2012

FÚTBOL Y RELIGIÓN 3 (Continuación)

¡ROGAD POR NOSOTROS!!
Pensarás que estoy frivolizando el tema religioso, pero no. A poco que te detengas a observar cualquier evento  futbolístico, caerás en la cuenta del extraordinario parecido que se corresponde, con minuciosa fidelidad de calcomanía, entre el lance del fútbol y el acontecimiento religioso. Mientras la liturgia inicia la acción religiosa con cánticos popularizados para desperezar la fe, la unidad, la fraternidad de los asistentes y favorecer la plegaria (Juntooos como hermanooos / miembrooos de una iglesiaaa / vamoos caminandooo / al encueentro del Señooor...), los organizadores del evento futbolístico largan a todo meter los decibelios de los altavoces y resuena por el campo de fútbol la atronadora melodía de los himnos, esos aperitivos musicales utilizados para desentumecer las gargantas y disponerlas al grito o al insulto (La Roja, La Roja /Soy españoool/ A por ellooos, oééé/ Juntos podeeemos/ Hala Madriiiiid, hala Madriiiid / a vencer en buena liiid, etc —Atleeeti, Atleeeti / Atlético de Madriiid, etc). Los estadartes, escapularios, albas, casullas, roquetes, imágenes, estampas y reproducciones religiosas, se corresponden con bufandas, chalecos, gorros, camisetas, cromos, guantes, calcetines, chalecos, banderas y banderines y otras reproducciones futboleras. Las catedrales y los estadios. Las iglesias y los campos de fútbol. Los santos patronos son Iker Casillas y Cristiano, Iniesta y Xavi Hernández, Llorente y Javi Martínez, y Falcao, patrón de los sufridores. El árbitro es  símbolo de un demonio concreto y desavisado. El árbitro es el ángel malo, un satanás redivivo al que hay que conjurar con el agua bendita del insulto. El gol es el ángel bueno, ese resplandor incandescente que se cuela en las gargantas para expeler el grito salvador. (Continuará mañana) 

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