SOBRE EL PODER
El poder. ¿Qué oscuro y desconocido impulso germina en el
interior de la persona hasta el punto de arrastrarla, aunque sea conflictivamente,
a conseguirlo? ¿De qué lóbrego, recóndito agujero les sube a algunos el ansia
incontrolada de poseerlo? Se menciona la palabra poder e inmediatamente se
piensa en el poder político. Y no es eso. Quiero referirme a la riada
turbulenta que irrumpe de vez en cuando dentro de todos y cada uno de los seres
humanos y los empuja hacia el poder. Puede tratarse de un poder utópico para
conseguir una sociedad utópica. Ahí están los falansterios de Charles Fourier y
sus intentos de transformar la sociedad a base de asociaciones de trabajadores
para liberarse del poder capitalista. O Etienne Cabet, que escribe su Viaje
a Icaria para demostrar que la propiedad privada, el dinero y el trabajo
pueden ser perfectamente planificados por la sociedad. Sin embargo, ni Fourier
ni Cabet llegaron muy lejos. Su ideal de igualdad, sin sometimiento a poder
alguno, fue ridiculizado por Engels, que les colocó el sambenito de
«socialistas utópicos». ¿Y todo por qué? Porque pretendían eliminar el poder y
establecer una sociedad igualitaria en la que nadie fuese más que otro. Utopía.
Imposibilidad práctica de llevar a efecto las buenas intenciones por
descontextualizar las acciones externas de los sentimientos interiores. En lo
más profundo y oscuro del ser humano asoma el poder su cabeza de víbora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario