jueves, 12 de diciembre de 2013

LA TORMENTA DE LA AGENCIA TRIBUTARIA

Esta mañana, en el programa de Antena 3 Espejo Público presentado por Susana Griso, la presentadora entrevistaba a Alfredo Pérez Rubalcaba y, entre otras cosas, le preguntó por la tormenta que se ha levantado en la Agencia Tributaria. Una parcela del Estado que, al parecer, aun no estaba contaminada por la política, pues resulta que lo está. Dijo Rubalcaba que la Inspectora cesada había impuesto a una gran empresa una multa de 400 millones de euros. "Alguien" opinó que había que quitar la multa. La inspectora no aceptó la anulación y fue cesada. En cadena dimitieron todos los inspectores que estaban de acuerdo con la multa y que, en consecuencia, desaprobaban la "orden". Yo me quedé tieso. O sea que la empresa tendría que haber defraudado a Hacienda una cantidad exorbitante para que le correspondiera una multa de 400 millones. ¡Cómo!, ¿una multa de 400 millones de euros y ordenan que se anule? Montoro no dispone de una total capacidad para actuar por su cuenta y riesgo en una anulación de tal calibre. Alguien superior a él le habrá tirado de las orejas y Montoro ha obedecido. Si esto es así (y creo la palabra de Rubalcaba, uno de los ministros más inteligentes de la democracia española, no es de los que mienten, quizá por eso quieren cargárselo los mismos socialistas con el estribillo de la regeneración interna), si esto es así, repito, elevo desde aquí mi más estentórea (e inútil) protesta contra este Gobierno que achicharra a los contribuyentes de a pie y, por contra, exonera a una empresa culpable de defraudar a Hacienda puesto que es multada con 400 millones. Es para largarse a vivir a Marrakech y pedirle a Juan Goytisolo que te deje leer "Memorias de Tortuga".

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