Para ventilar las ideas no hay cosa como la contemplación del mar. Ese ir y venir de las olas para abrazar la arena, esa suavidad del agua ampliando el abrazo, ese aroma vencido desde la profundidad de la sal, en fin, como dicen que dijo Unamuno: El mar, el mar y no pensar en nada.
En mi libro Honestidad de la penumbra aparece, en las últimas páginas, un poema dedicado al mar. Dice así:
El mar era asombroso. Delicada / transmutación de cuerpos enlazados / en un vaivén de espuma victoriosa, / eso era el mar, como un instante / que todo lo puede era el mar, / arquitecto de playas nunca vistas, / con el vientre y la espalda bronceados / de tanto arrebatar soles al agua.
El mar era asombroso. / Más que nada / porque amabas tener noticia de otra orilla, / del más allá en el tiempo del abrazo, / vencer todas las olas, navegarlas / coronado de luz, probar el fondo / a la profundidad de muchos metros, y ceñirte / un cinturón hermoso con las algas, / vello púbico verde salpicado / de diminutas gotas florecidas, / tal salpica la desolación / la indefinida desnudez del cuerpo.
Una antorcha encendida para siempre, / eso es la luz del mar, / el bramar encendido de los cuerpos, / el rayo del contacto de las manos, / eso es la luz del mar, / la inagotable gota de impaciencia, / la réplica de hogueras, los espejos / de lenta llama vívida repleta, / el fuego y el calor, la luz, tu asombro / recobrado en instantes enemigos, / eso es la luz del mar.
Así, solo así, sentado frente al mar junto a la persona amada.
No pretendo tener razón. Lo que para mí es acertado, puede ser desacertado para otros.
jueves, 29 de agosto de 2013
lunes, 26 de agosto de 2013
LA OBSCENIDAD DEL FÚTBOL
Ancelotti y Martino arriman el ascua a su sardina |
viernes, 23 de agosto de 2013
LOS ANALFABETOS
Bueno, Ángel, amigo, no sé qué hubieran dicho Brad Pitt y Anthony Hopkings, los de Conoces a Joe Black, acerca del poder igualatorio de la muerte si hubieran leído la entrada que ayer colgué en este blog. Sí sé, en cambio, la rajada que un anónimo tip(ej)o analfabeto, digamos, me ha largado así por las buenas. Me ha colgado el sambenito de misógino y machista. Sólo porque la entrada termina con la frase "Todos los hombres". Cuándo aprenderán estos imbéciles que el masculino y el femenino, atribuidos al hombre y a la mujer, tan solo conforman un accidente. Constituyen pues una oposición gramatical, no una oposición biológica. No se trata, por tanto, de una cuestión de sexo sino de género. La oposición macho/hembra responde a una diferenciación biológica (sexo), como dije. La oposición masculino/femenino responde a una oposición de género (gramatical). Si aceptamos esto (solo los analfabetos no lo aceptarían, y digo 'analfabetos' porque llamarlos 'indigentes conceptuales' resultaría cursi), concluiremos sin remedio que los nombres carecen de sexo, característica exclusiva de los seres vivos. En consecuencia, se "atribuye" a los seres sexuados machos el género masculino y a los seres sexuados hembras el femenino. Lo que no significa que el masculino o el femenino tengan que ser macho o hembra. Esta fluctuación es reconocible en cualquier idioma. Para nombrar idéntico objeto, el español dice el coche (masculino), el francés dice la voiture (femenino) y el inglés dice the car (ni masculino ni femenino), pero ya se sabe que los ingleses se las gastan así. En fin, que si andamos con la gilipollez de cabrearse porque gramaticalmente el masculino absorba a los demás géneros, pues como que yo también voy a cabrearme y a llamar a voces al policío del esquino.
jueves, 22 de agosto de 2013
EL ZAPATO DE CRISTAL DE ZARA
Anoche nos juntamos varios amigos y amigas en un bar del Tubo, en Soria, y mientras seguíamos los incidentes del Atlético-Barcelona tomando unas cervezas, afloró la conversación sobre Rosalía Mera. La mayoría estábamos de acuerdo en que fue una gran mujer, tenaz, valiente, luchadora, desconocida. Emergió de la nada, como la Cenicienta de los Hermanos Grimm. Y así llego a ser la exmujer de Amancio Prada, el tercer hombre más rico del mundo, dicen. Los medios han calculado la fortuna personal de Rosalía Mera en unos 3.700 millones de euros. La fortuna más grande de España. Alguno de nosotros, en plan Séneca, preguntó que para qué le había valido ser tan rica si, al fin y al cabo, le había llegado la hora de la muerte, igual que le llega a los pobres. Yo dije: Pallida mors aequo pulsat pede pauperum tabernas regumque turres. Y cité de memoria a Horacio, como quien no quiere la cosa, porque yo soy así. Tuve que traducir, naturalmente, eso de que la muerte llama de igual manera en las puertas de las mansiones que en las puertas de las chozas. Pero me disgusta el resentimiento vengativo, cosa parecida, con que el gentío quiere igualarse con los ricos en ese trance. No es necesario. Ya se encarga de igualarnos la muerte. Así y todo dije: Mirad, amigos, a mí no me consuela que seamos iguales en la muerte; me consolaría si fuéramos iguales en la vida. Todos los hombres.
lunes, 19 de agosto de 2013
CUANDO SE OSCURECIÓ LA LUNA DE GRANADA
La reproducción en El País de las "cartas íntimas" de Federico García Lorca a Eduardo Rodríguez Valdivieso me empujó a leerlas, más que nada por la atracción que sobre mí ejercen los rastros biográficos de los grandes escritores. Si estos son poetas, la atracción es aún mayor. Y si el biografiado es Federico García Lorca la atracción es el resultado de una adicción literariamente misteriosa que sobrepasa los límites de la estética, dios me perdone. Conmovedoras me parecieron esas "cartas íntimas" del autor, con el corazón rasgado por la ausencia. Ayer se cumplió (perdona ahora tú, lector, la intemperancia de los ordinales) el septuagésimo séptimo aniversario del asesinato de García Lorca. Cruz Díaz, in memoriam, ha escrito el siguiente soneto:
Se oscureció la luna de Granada
sobre las amapolas de tu muerte,
y el trigal de tu sangre quedó inerte
en la brisa sin luz de la alborada.
Se eternizó el silencio en tu mirada
y el eco de la noche vino a verte
tendido en
las estrellas de tu suerte,
sin corazón, sin viento y sin espada.
Como la luz en una llaga oscura
te bebiste la sed de tu alegría
con un zumo de sombra y amargura.
Y como un trino de melancolía
sonó tu corazón, en la espesura
de la muerte sin alba de aquel día.
martes, 13 de agosto de 2013
FAUXIDERMIA
Confieso que me ha sorprendido. La palabra. Fauxidermia. Es fascinante encontrar una palabra desconocida. Como encontrar una piedrecita fulgurante, distinta a las demás. Al principio la confundí con taxidermia, ese arte de disecar animales para conservarlos con la apariencia de seres vivos, pero no. Es una palabra inventada por los 'creadores' de la moda. El resurgir de la naturaleza. La fiebre vintage que actualiza a Deroylle. Consiste en convertir los peinados, vestidos, bolsos, lo que sea, en máscaras, pieles, picos, garras, plumas. Y ahí empezó mi desencanto. La fauxidermia perdía su belleza verbal al convertirse en una mascarada carnavalesca. Los 'creadores' la justifican porque, dicen, pretenden que sus modelos manifiesten su preocupación por la conservación del medio ambiente, la protección de los animales, la contaminación. Una cabeza con máscara de carnaval veneciano y orejas de liebre, por ejemplo. Tal es la propuesta de Undercover. O la de Iris van Herpen y sus serpientes. Yo, como tengo mala leche, no me lo creo. Pienso que lo hacen para superar la monotonía de las telas, establecer una clasificación in, engatusar a los tipos/tipas adinerados y atraerlos para que adquieran sus extravagancias. De paso, se forran (doblemente). La originalidad de tales mamarrachadas, sin embargo, no es tal. En los carnavales del siglo XVIII-XIX los participantes solían cubrirse con pieles de animales, con plumas o picos de pájaros, con máscaras caninas o asnales. Y entonces no se planteaban la degradación del medio ni los altos niveles de contaminación causados por el hombre. Lo políticamente sorprendente es que atribuyan a la fauxidermia una ayuda para "limpiar conciencias", según Gemma Williams. ¡Buff!
sábado, 10 de agosto de 2013
LA UNIÓN EUROPEA Y LOS CACIQUES
No puedo remediarlo. La comparación aletea en mi cabeza como un espíritu santo más indignado que paráclito, más crítico que litúrgico (y perdona las esdrújulas, en fin). Es el caso que comparo a los dirigentes políticos de la Unión Europea con los dirigentes religiosos de la Inquisición. Y es que el comisario europeo de Economía Olli Rehn es muy parecido, desde mi perspectiva (anti)europea, a aquellos reverendos padres dominicos inquisitoriales. La inquisición se dedicaba a eliminar la herejía, en nombre de Dios, valiéndose de medios extremadamente desmedidos, como la tortura. No le interesaban las personas como hijos de Dios. Sólo importaba el triunfo de la Iglesia. La Unión Europea se dedica a eliminar la recesión, en nombre de la economía, valiéndose de medios inadecuadamente peligrosos, como los recortes. No le interesan los ciudadanos como miembros de la Comunidad. Sólo le importa el triunfo del FMI y los Bancos. Esta comparación pende de la espada de Olli Rehn que proclama la rebaja de salarios para España en no menos del 10%. Esta tortura económica es contraria a la solución de la crisis, porque si se bajan los salarios el personal comprará menos artículos necesarios (o innecesarios) y, en consecuencia, se fabricarán menos productos y, en consecuencia, se necesitarán menos obreros y, en consecuencia, habrá cada vez más paro. Los dirigentes de la Inquisición eran personajes tétricos, preocupados excesivamente por salvaguardar la fe. Los dirigentes europeos son personajes patéticos, interesados exclusivamente en aumentar los millones de los que más tienen. ¿O no?
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