FUTBOLEROS QUE HABLAN POCO DE FÚTBOL

He recibido varios correos de desaprobación. La entrada que colgué ayer en este blog, en la que trataba el tema del destino, fue demasiado abstrusa, me dicen. (Lo de abstrusa lo digo yo, ellos decían "una parida insoportable", abstrusa es una palabreja más propia de Paso Palabra). En fin, justifico lo que escribí. Estuve oyendo y escuchando —no es lo mismo oír que escuchar, no sé si lo captas—, y viendo, 'Futboleros',  ese programa de MarcaTV en el que los contertulios no se entienden, discuten a veces violentamente, hablan de polémicas, transforman cualquier lance futbolístico en polémica, todo menos  fútbol, grillos cansinos dentro de la olla en la que acaban convirtiendo el plató. Único tema repetitivo: la expulsión de Nani, injusta a todas luces, Arbeloa exageró, Nani no lo había visto, el turco Cüneyt Cakir favoreció al Madrid y mandó más allá del extranjero al Manchester United. Un cabreo sordo, efervescente y repentino, me indujo al aborrecimiento de aquellos al parecer periodistas iletrados deportivos, y me forzaron a levantarme del sofá y a servirme un güisqui (también se puede escribir con grafía española, listo). Su aspecto, su cuerpo, su aroma y su sabor a madera frutal y cereales, produjo en mi cerebro la idea de escribir esta, ahora sí, 'parida' para vengarme idiotamente quizá de los futboleros gritones. Y olvidar el destino.