martes, 24 de junio de 2014

POR CERO CÉNTIMOS DE EURO PUEDE USTED HACERSE UN SELFIE

Hacerse un selfie se ha puesto tan de moda que hasta el más tonto del lugar se autorretrata para después colgar en facebook su hermoso rostro. De esta manera están proliferando ahora (siempre han existido) las performances, término que viene a significar arte en vivo, con la diferencia de que, en lugar de aparecer el/la performer en un lugar y montar de improviso su numerito, va el gentío, se autorretrata y así da a conocer al mundo virtual lo favorecida que ha salido de la peluquería y, de paso, puede hacerse más o menos famosa/o. El último episodio lo ha protagonizado la artista luxemburguesa Deborah de Robertis que, el 29 de mayo pasado, se coló en el museo D'orsay de París y, con más rostro que un saco de cemento, se sentó en el suelo delante del famoso cuadro  de Courbet, El origen del mundo, que muestra un sexo femenino en primer plano, y va la tía, se levanta su dorada falda, y muestra su sexo a los sorprendidos visitantes del museo, al tiempo que recita «yo soy el origen, yo soy todas las mujeres», cosas así. Cierto, el selfie es para colgarlo en las redes sociales, y la acción de Deborah de Robertis ha sido un acto de exhibicionismo real que alguien ha calificado de artístico. Yo, lo que digo, es que la ilimitada posibilidad de reproducción de 'cualquier cosa' puede ocasionar un desmadre social de indefinibles consecuencias.

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