No me ha sorprendido la Canela fina de Luis María Ansón hoy en El Mundo, 3 de abril de 2012. Lo veía venir. Sobre ese mismo tema ya escribí en este blog unas entradillas no hace mucho. Una el viernes, 17 de febrero: Sindicalista. Otra el lunes, 12 de marzo: Por la boca muere el pez. (Puedes echarles una ojeada más abajo).
Parece ser que las redes sociales atizan cada vez más el fuego contra los sindicatos. Como fuego devastador van extendiéndose las protestas. Me alegro. «La impunidad sindical está a punto de terminarse» ... «Movilízate. Es hora de responder a la dictadura sindical». Toxo y Méndez. Ya era hora de que alguien, desde lo alto de un medio de tirada nacional, manifieste el rechazo que provocan sus abusos. Porque es un abuso que se arroguen la representatividad del 100% de los trabajadores cuando sólo representan al 16%. (No puedo reproducir la lista de abusos debido a su extensión). Viven a costa de los obreros parados. En el fondo de las componendas sociales, no les interesa que se solucione el problema del paro. La razón es de Perogrullo: si desaparece el paro no tienen razón de ser los sindicatos.
Un recuadrito en el impreso de la declaración de la renta. Que se mantengan de afiliados y colaboradores. El dinero público, el tuyo y el mío, lector, no tiene que utilizarse para subvencionarlos. Es legal, me dice el cagaleches. Pues muy bien, que reformen la ley. ¿Acaso las leyes son irreformables?
A ver si de una vez les cierran el grifo.
Muy bueno el "palo" que le has pegao a los sindicatos. Y en cuanto a la legalidad de sus abusos hay que hablar de inmoralidad.
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