lunes, 5 de diciembre de 2011

FÚTBOL O ASÍ

Desde hace un mes. Los medios deportivos me bombardean. Madrid-Barça. El partido del siglo. ¿Cuántos? Faltan 4 días.
Una cosa. Soy del Atleti. Desde chico. Con la edad, sigo siéndolo. Siempre me ha gustado el fútbol. El fútbol de ahora, no. Demasiado debate. Demasiada publicidad. Demasiado dinero. Demasiada magnificación. Demasiado negocio. Demasiada violencia.
Otra cosa. El tiempo no pasa en balde. Y el fútbol, su entorno, ha evolucionado (¿para mal?). El fútbol: sometido a la aceleración del ritmo histórico impuesto por la prensa deportiva, los clubes, las Federaciones y los canales televisivos (sobre todo). Lo declaro. Cambio el fútbol por el furbo. La metamorfosis nominal es apasionante y hasta resulta eufónica: furbo. Lo de fútbol es envarado. Posee algo sajón, neblinoso, algo de esa frialdad político-económica que disgusta y mortifica. En cambio lo de furbo suena a patria, a cocido, a currante y a tinto con gaseosa. Lo de furbo suena a producto nacional. No  como fútbol, que suena a producto inglés, o lo de Barça, que suena a producto Pep, o lo de Madrid, que suena a producto Mou.  Por eso lo proclamo y no me corto: ¡me gusta el furbo! (Ya sin cursiva ni nada).
El furbo. Aunque los eruditos de alto stándar lo denuesten —progresía, intelectuales de camisa negra y todo eso—, voy a repetirlo: ¡me gusta el furbo y su cultura!
http://www.youtube.com/watch?v=M5i655HD8Wk

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