(Un artículo antiguo - Domingo, 7-03-2004))
DIÁLOGO PARA BESUGOS
JUAN GARODRI
Hubiera preferido no dedicar ni media palabra a la campaña electoral. El gentío está saturado de información campañera. No hay emisora de radio, programa de radio, emisora de televisión, programa de televisión, periódico nacional, regional o provincial, revista de información general o científica o tecnológica y hasta artística y económica que no otorgue más del cincuenta por ciento de su programación o índice de materias a la campaña electoral y a las encuestas. El personal está informado de sobra. Así que voy a referirme a la campaña con más pena que gloria. Aseguran los psicólogos, tan de moda, que jamás debe exigirse a los niños que cumplan su deber y engatusarlos con premios por hacerlo. Pues bien, Rajoy y Zapatero buscan el voto con promesas —el premio— de empleo y pensiones, por ejemplo. Resulta superfluo reseñar la abundancia de promesas que arrojan por su boca mitinera, tal como los dragones góticos arrojaban fuego devastador. Todo el mundo las conoce, las lee, las escucha, las aborrece. Para evitar la información repetitiva y cansina, no se me ocurre otra cosa, al respecto, que transcribir un diálogo para besugos.
(Acotación: La escena se desarrolla en un bar. Los
parroquianos beben cerveza y chatos de vino de 0,50. Junto a la barra, dos
ciudadanos dialogan, enfundados en sendos chaquetones políticos. Los
chaquetones son de bajo precio, comprados en el mercadillo de los jueves. El
humo de los cigarros esparce tranquilidad y picor de ojos. Voces futboleras.
Trasiego de vinos y cervezas. Las tapas revolucionan los jugos gástricos y
aumentan el deseo incontrolado de beber. El logotono de un teléfono móvil se
orina junto a la barra. El gentío se sorprende y guarda silencio durante dos
segundos. A pesar del copiazo de Valle-Inclán, el logotono del teléfono móvil
vuelve a orinarse junto a la barra. Nadie le hace caso. Alguien juega en la
máquina tragaperras y el sonsonete de la musiquilla enturbia las
conversaciones. La chica de la barra oferta en una bandeja montaditos de anchoa y huevo cocido. Los dos
ciudadanos que dialogan se desabrochan el chaquetón político).
Uno.- Falta poco para las elecciones.
Otro.- Y tan poco: unos diez días.
Uno.- Pues yo no sé si votar o no. Las campañas me
desorientan.
Otro.- A mí tampoco me gustan las campañas políticas. Sirven
para poco.
Uno.- Hombre, una cosa es que desorienten y otra que no
sirvan.
Otro.- Ojo, no he dicho que no sirvan. He dicho que sirven
para poco.
Uno.- Una campaña electoral tiene que servir para mucho. Si
sirve para poco es que no sirve.
Otro.- Si no sirve es que no engancha.
Otro.- Lo grotesco sólo adquiere sentido en el circo.
Uno.- En el circo hay leones y payasos.
Otro.- Los leones rugen y atacan, los payasos hacen reír.
Otro.- Zapatero afirma que Rajoy ha sido mal gobernante y
peor candidato y que no quiere “jugar el partido” para llegar a la Moncloa.
Uno.- No me extraña, Rajoy es del Coruña, del Celta y del
Compostela. No podría jugar tantos partidos.
Otro.- Aznar dice que Zapatero es el peor candidato que han
tenido los socialistas en toda su historia.
Uno.- Rajoy es el candidato perfecto del PP: enchufado y
recomendado.
Otro.- Eso lo dice Zapatero.
Uno.- Zapatero a tus zapatos.
Otro.- Hay zapateros que son bioquímicos.
Uno.- La química de la credibilidad. Salvo en los mítines.
Otro.- ¿A quién crees?
Uno.- A ninguno. Según se mire,
atendiendo a las recíprocas descalificaciones, ambos son malos. Si Zapatero no
se equivoca, Rajoy debe de ser muy malo; pero si Aznar está en lo cierto,
Zapatero debe de ser muy malo. Luego los dos son malos.
Otro.- O no hay razones y los dos son
buenos.
Uno.- Las encuestas llenan el cielo de
España. Si Zapatero y Rajoy uniesen sus promesas y constituyeran un bipartito,
los españoles alcanzarían la salvación.
Otro.- No puede ser. Qué iba a ser
entonces de Llamazares.
Uno.- No sé. Fabricaría pancartas y se
afianzaría como fuerza de choque para cubrir las grandes mayorías. Las grandes
mayorías que no le votan, supongo.
Otro.- De la misma forma que las
encuestas no constituyen un índice de exactitud sino de publicidad, los grifos
de Coca Cola no constituyen un índice de calidad sino de avaricia engañosamente
bella. Como las elecciones.
Uno.- González ganó aquellas elecciones
porque era un tío guapo, de nariz respingona. Y entonces la nariz respingona
encajaba perfectamente con la pana.
Otro.- Zapatero es más guapo que Rajoy y
tiene tendencias catalanistas porque es del Barça.
Uno.- Y Rajoy es aficionado a la
bicicleta, lo cual que potencia mucho lo español.
Otro.- Como los desfiles de las
pasarelas que sin cesar coloca Urdaci en los telediarios.
Uno.- ¿A pesar de las tetas al aire y
los globitos gluteales?
Otro.- A pesar. Lo español es lo
español.
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