lunes, 15 de abril de 2013

LA INTELIGENCIA DE EINSTEIN

Voy a ponerme en plan intelectualoide. Si les hablo de Adam de Puteorumvilla no les hablo de  un personaje chistoso, de los de Alfonso Ussía, no, les hablo de un personaje que vivió como maestro de teología en París hacia 1230. También se hizo llamar Adam pulchrae mulieris, vete tú a saber por qué. Escribió una obra titulada De inteligentiis. En ella expone que el infinito es el uno, del que todo lo múltiple participa. Según su cercanía al uno, los seres se colocan en un orden de valor más alto o más bajo. Es decir, metiéndome en elucubraciones que no me atrevo a asegurar que sean acertadas, todo eso de la cercanía al uno viene a ser algo así como la inteligencia: cuanto más cercano al uno, más inteligente; cuanto más alejado, menos inteligente. Mi pregunta es: ¿Se nace con la cercanía al uno o con la lejanía del uno?  Porque según la respuesta, unos somos más torpones que otros. ¿Toda la vida? Vean lo que acabo de leer: «Einstein nunca fue un buen alumno, y ni siquiera hablaba bien a los 9 años. Sus padres creían que era retrasado mental». O sea, que Einstein nació alejadísimo del uno y, posteriormente, se fue aproximando tanto al uno que en uno se convirtió. (Escribo todo esto para que no se desanimen los torpes, que el tiempo todo lo remedia).
Explicit: 'Puteorumvilla' no significa lo que estas pensando, sino "pueblo de los pozos". 'Adam pulchrae mulieris' significa "Adam (hijo) de una mujer hermosa".

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