viernes, 7 de octubre de 2011

Marionetas

La crisis. Un juego incruento en el que uno lleva las de perder, los dioses del clasicismo también se divertían jugando con los hombres, adoptaban incluso poses antropomórficas,
los dioses, enamorados y tornadizos, perseguían la belleza cosificada en senos, pubis, glúteos y demás atributos femeninos para darse un hartazgo estético, se divertían con los hombres jugando a la cosa mitológica, y eligieron a los clásicos para que reposaran en el alabastro su aleteo antropomórfico e inseminador. Tal vez así juguetean con nosotros los mandamases, desde un punto de vista más democrático que mitológico, recesión económica sí, recesión económica no, tal vez así reparten sus capones y collejas en nuestros cogotes subordinados, Dorribo y su acusación a Blanco, Blanco y sus justificaciones democráticas, tal vez así tiran de la cuerda de nuestras insuficiencias, al compás de sus tirones levantamos un brazo, o el otro, levantamos una pierna, o la otra, danzamos el baile triste del sometimiento, unas marionetas insignificantes y abatidas, eso somos, títeres movidos por medio de hilos económicos en las cloacas del Estado, personajes de trapo de la commedia dell’arte globalizadora, abatidos pierrots en la inseguridad de los colorines ciudadanos.
Eso somos.

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