martes, 11 de noviembre de 2014

RELATO DEL TIPO QUE NO SE DORMÍA VIENDO LA TELEVISIÓN

Entiéndase. Porque cualquier pensador de los que piensan, hay tantos, aunque parece que no, parece que el gentío no piensa, pero ocurre lo contrario de lo que parece, porque una cosa es parecer y otra ser, ya lo hemos dicho en repetidas ocasiones, por eso hay pensadores que piensan y pensadores que parece que piensan, y no es cosa de ahora, Armando Tomás Guíu lo señalaba en el TBO de los años cincuenta-sesenta, se refería a los pensamientos mentales de madame de la Tontaine, el pleonasmo utilizado como refuerzo embellecedor de la ignorancia porque, usted comprende, un pensamiento mental dota a la ignorancia de energía revitalizadora, un pensamiento mental eleva la ignorancia a la categoría de verdad cuasi absoluta, puede usted comprobarlo en los múltiples programas televisivos que se cuelan en los salones domiciliarios y los decoran y los culturizan, los incluyen en la cultura del mamoneo opinante, en la erudición del dialogueo vociferante, en el conocimiento del cotilleo murmurante, en el estudio del marujeo babeante, el pensamiento mental transmite la noticia aureolada de idiocia repugnante, y disculpe, usted comprenda, la utilización desmedida del epímone para expresar lo inexpresable, que quizá la ignorancia también puede ser bella, e incluso útil, no tienen por qué moverse en terrenos opuestos la belleza y la ignorancia, no tienen por qué batirse en duelo epistemológico la belleza y la ignorancia, la ignorancia puede ser bella aunque carezca de los fundamentos del conocimiento científico, o quizá por ello, la belleza puede ser ignorante aunque posea su correspondiente epiqueya para acomodar a sus propios intereses las circunstancias de tiempo, lugar y persona. (Dicen que Malcolm Lowry escribió "Bajo el volcán" completamente borracho. Yo no he llegado a tanto).

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