¿Son malos los políticos, los que gobiernan, o son malos los gobernados? Esa
es la cuestión. Para Maquiavelo (Il
principe, 15-18) existen unas “reglas fundamentales de la política” y unos
principios que conducen a ello. Tal vez los políticos actuales se fundamenten
en esos principios, aunque lo nieguen, y acepten como punto de partida el
primero de los principios maquiavélicos, ese que establece que todos los
hombres son malos (y las mujeres también; entienda el lector conspicuo que en
el siglo XVI, en la cancillería de Estado de Florencia, donde Maquiavelo era
secretario, la paridad igualatoria sexual era desconocida a pesar de que el
presentimiento renacentista iniciase un pespunte de renovación en la concepción
de la persona y su vivir social, y faltaban unos cuatrocientos años para que se
lograse la igualdad entre los sexos), así que, concediendo que todos los hombres
son malos, el político tiene que mostrar una oposición equivalente, es
decir, manifestar que también él es malo
o, al menos, “aprender a no ser bueno”, y aparentar mansedumbre, fidelidad,
sinceridad y más que nada piedad, pero sólo aparentarlo. Es la fórmula de
Maquiavelo: contra una determinada fuerza debe oponer el político otra igual e
incluso poner en juego otra mayor si quiere vencerla. Es esta filosofía estatal
fundada en el carácter físico-mecanicista de las relaciones la que empuja a los
políticos a atacarse sin piedad, a denostarse, a insultarse. Todos los
ciudadanos comprueban este hecho, sobre todo estos días en que tan revuelta
anda la cosa con lo de la elecciones europeas. Con estas actitudes no se
desarrolla la política, en suma, sino la politiquería, es decir, el efecto de
hacer política de intrigas y bajezas. No son los políticos quienes actúan: son
los politiqueros.
No pretendo tener razón. Lo que para mí es acertado, puede ser desacertado para otros.
martes, 25 de febrero de 2014
jueves, 13 de febrero de 2014
LA TRAMPOSA HISTORIA DE LA CAMPAÑA CONTRA EL TABACO
En USA empezó todo. Década de los 90. Ya se sabe que en los Iunaitesteis todo es
super-mega-desproporcionado. Y allí, si se ponen a permitir,
pues permiten que todo el mundo lleve armas, por ejemplo, y que puedan
comprarlas en cualquier tienda como si te compraras una camisa. Y no importa que la gente se mate, bueno sí les importa, supongo, o no.
No sé. Pero nunca el peligro mortal
viene de las armas, siempre procede de quien las utiliza. Y allí, si se
ponen a prohibir, pues prohíben a todo meter,
como si la prohibición fuese el émbolo de un artilugio salvador. De
manera que se volvieron medio locos prohibiendo el tabaco, que hay que
mantener fuerte y vigorosa la raza, y lanzaron campañas de salvación universal e
influyeron tenazmente en las naciones de la vieja Europa para que, a su vez,
se ‘posicionaran’ decididamente contra el tabaco (peligraba, si no, el negocio de
las importaciones). Y, al revés de lo que ocurre con las armas
(que matan a otros), el peligro mortal no viene de quien fuma (que se mata a sí
mismo), el peligro procede del tabaco, que es malísimo. Conclusión: hay que
acabar con el tabaco.
Sin embargo, me quedo de piedra cuando
leo que los auténticos ganadores en la “Guerra del tabaco” en Estados Unidos, fueron los abogados. Ellos promovieron la campaña, como campanuláceos
jurídicos. Ya sabes que los abogados son en USA lo que aquí las castañuelas, o el chocolate con churros. De
manera que les salen abogados por todas partes y son tan aficionados a los
juicios que, por un tropezón en la vía pública, denuncian al Ayuntamiento. Bien. Me quedo de piedra, te decía, cuando leo
que los abogados que trabajaron para los Estados en el contencioso contra las
compañías tabaqueras cobraron una minuta de 14 millones de pesetas ¡por
hora! Y que la industria tabaquera pagó unos treinta billones, has
oído bien, treinta billones a 46 Estados como contrapartida por sus gastos de
Sanidad. A cambio, los Estados se comprometieron a NO denunciar ante los
tribunales, en lo sucesivo, a las compañías tabaqueras a pesar del perjuicio
que el tabaco había ocasionado u ocasionase a la salud ciudadana.
Resumen. ¿A quién favoreció la campaña contra el
tabaco? No sé. Pero, desde luego, en este obsceno asunto no sólo se pretendía salvar del cáncer de pulmón al personal. Hay otros a quienes resultó provechosísima la campaña. A los campanuláceos: «Plantas angiospermas
dicotiledóneas, con hojas sin estípulas, flores de corola gamopétala y fruto
capsular con muchas semillas y de albumen carnoso, como el farolillo y el
rapónchigo». Que les aproveche.sábado, 8 de febrero de 2014
POLÍTICA DE MIERDA
Es evidente que en la belleza de
la frase «Tus dientes son perlas» la asociación imaginativa consiste en
atribuir a los dientes las magníficas cualidades de las perlas. Góngora o Garcilaso, no recuerdo, y Píndaro y Petrarca y Pierre Ronsard, utilizan la metáfora para exaltar la belleza de la mujer. Los políticos no. Los políticos utilizan la metáfora para exaltar las corruptelas.
La conclusión a la que llega el ciudadano interesado en el
asunto es que estamos rodeados de metáforas políticas, quizá porque el político
es un ser esencialmente metafórico e imaginativo. En la época de las vacas gordas, hace pocos años, se hablaba de la «ETA del ladrillo», metáfora de estructura determinativa y
metonímica, tipo B de A, para designar la relación de corruptela asamblearia
que puede establecerse entre una organización supuestamente corrupta (algunos
posibles miembros de la
Asamblea de Madrid) y el ladrillo (algunos miembros de la
especulación inmobiliaria). Con todo, yo me quedo con una metáfora peyorativa,
tipo A de B, pero de estructura perfecta: «Política de mierda». Porque las
metáforas no sólo se utilizan para exaltar la belleza. Ahí están los políticos,
con cráneos privilegiados repletos de metáforas no precisamente bellas. Así que
por la misma lógica anteriormente expuesta, habría que considerar metafórica,
aunque no bella, la frase «política de mierda» porque la relación entre el término
real ‘política’ y el imaginario ‘de mierda’ se concreta en la asociación de las
cualidades negativas de la mierda que en este caso se atribuyen subjetivamente
a la política.
(Puedo explicarlo mejor, pero es muy largo).
martes, 4 de febrero de 2014
MICRORRELATO DEL CURA LOCO
No era Castellani el cura loco. Pero se le parecía. El cura loco salió velozmente de la sacristía y se fue a buscar a otros curas locos. Encontró a cuatro y se juntaron cinco curas locos. Cada uno enarboló un crucifijo y llenó un calderillo con agua bendita. Mientras desfilaban por las calles de Madrid, los curas locos entonaban con voz estentórea la letanía de los santos (en latín). Los viandantes les permitían el paso, se hacían a un lado y los miraban con aprensión. Cuando los curas locos llegaron a la calle de la Palma, se agazaparon entre los coches. Allí esperaron vigilantes. En el momento en que pasaron dos activistas de FEMEN, torsos desnudos y bocas vociferantes, los cinco curas locos las rodearon estrechamente. Acto seguido, las forzaron a besar el crucifijo. Ellas se resistían porque no querían besar cosas que jamás habían besado. Los curas locos, enfurecidos, les aguachinaron la cabeza con agua bendita y alguno, más loco todavía, pretendió hacérsela beber.
—Esto es un ataque intolerable a la dignidad de la persona, ataque que no puede permitirse en una sociedad democrática, europea y libre —manifestaron al día siguiente los titulares de algunos periódicos.
Y todo quedó en eso.
—Esto es un ataque intolerable a la dignidad de la persona, ataque que no puede permitirse en una sociedad democrática, europea y libre —manifestaron al día siguiente los titulares de algunos periódicos.
Y todo quedó en eso.
sábado, 1 de febrero de 2014
EL ENGAÑABOBOS DE LA CRISIS
Voy a repetirme. Sí, lo sé que está muy mal. Sólo Umbral, Cela y algún otro iluminado de la pluma gozaban de la aceptación de otros plumíferos para repetirse. Así y todo, voy a repetirme. Cabreado.
Hace unos días escribí lo siguiente en este mismo blog: «Según El País, otro mal año para el mercado laboral. Van seis consecutivos. 2013 acabó destruyendo empleo, como 2008, 2009, 2010... La pérdida de 198.000 puestos de trabajo en los últimos 12 meses acumula ya 3,75 millones en esta todavía larga recesión que vive el mercado laboral español y que ha devuelto el número de ocupados (16,7 millones) al nivel de 2002. Que nos digan que baja el paro, si este conjunto de datos es cierto, es como para pensar que alguien se burla de nosotros».
Añado hoy (he aquí mi cabreo sordo) que los cinco grandes bancos españoles han cuadruplicado, ¿han oído ustedes bien? ¡cuadruplicado! sus beneficios durante el año 2013. No sé a ustedes, pero a mí este dato asombroso me confirma en la opinión de que en el año 2013 no hubo crisis (para ellos). Mafias.
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