No pretendo tener razón. Lo que para mí es acertado, puede ser desacertado para otros.
viernes, 14 de junio de 2013
MESSI NO SE HA CAÍDO DE UN GUINDO
Los medios de toda España, los medios de todo el mundo mundial, hablan de Leo Messi. Pocos lo defienden, salvo Sandro Rosell. Qué otra cosa iba a hacer su president. Pero la masa española (y casi toda la futbolera) está más cabreada que sorprendida. No es para menos. ¡Qué avaricia! ¡Qué codicia injustificada! Porque Messi, con su cara de monaguillo preconciliar, se calza el tío 35 millones de euros anuales. 13 millones de salario del Barcelona F.C. (libres de impuestos), y 22 millones por derechos de imagen (sujetos a tributación, y que no ha tributado). Y como a su padre, don Jorge Horacio Messi, le parece poco lo que ganan, pues va y defrauda a la Hacienda Pública española. Y Messi pues como que se ha caído del guindo. No sabe nada. Pero no. No se ha caído. Él, tan number one, tan humilde, tan sencillo, tan líder, después de su mayoría de edad ha firmado los presuntos falsos contratos cedidos a empresas radicadas en paraísos fiscales. Era conocedor de lo que hacía. Caupolicán también fue líder de los Mapuches, en las riberas del Arauco, era el número uno por su gran fortaleza física y valentía. «¡El Toqui, el Toqui!», clamó la conmovida casta (según Rubén Darío). Cometió el grave error de dejarse atrapar. Fue hecho prisionero y el capitán Reinoso lo condenó a morir empalado. ¿Y qué tiene que ver Caupolicán con Messi? Oh, nada, solo que Messi también ha cometido el grave error de dejarse atrapar.
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