BELLEZA
No pienses,
lector conspicuo, que me ha dado el subidón estético. Ya lo han hecho otros, en
todos los tiempos. Desde Platón (en su «Hipias mayor»), se ha planteado la
pregunta de qué es lo bello. Y Platón, con todo su socratismo a cuestas, fue
incapaz de responderla. Gorki pensó que en la naturaleza no hay belleza porque
la belleza es algo creado por el ser humano. La naturaleza presenta una belleza
real, no representa una conceptualización de la belleza. Lo bello es objetivo e
independiente de la conciencia humana. Lo que depende del ser humano es la
valoración de ‘esa’ belleza. Y puestos ya a citar, en plan erudito fagotizador,
pues coloco en el cazo a Brecht que negaba la existencia de la belleza
artística, y también de la fealdad, y así protegía su estética marxista y, al
mismo tiempo, se curaba en salud para que los tomatazos de McCarthy no tiraran
de la silla el desorden ininteligible de un mundo donde todas las relaciones
son falsas.
Esa
falsedad de las relaciones sociales (socializar, se dice hoy) es elevada
actualmente a la enésima potencia por los grandes distribuidores de la belleza.
Se equipara belleza a juventud. Solamente eres bella si pareces joven. No se
expone la ecuación juventud igual a belleza, o al revés, lo cual que siempre ha
sido así, lean ustedes si no los famosos sonetos de Garcilaso o de Góngora
sobre el tema, sino que las multinacionales de la crema pretenden que la mujer
siempre parezca bella, aunque no lo sea, que parezca joven aunque no sea joven.
Las revistas de moda, salud y belleza insisten en la publicidad de cremas
antiarrugas, de cremas reafirmante, hidratantes y protectoras de la piel, de
cremas tonificantes y recuperadoras de la elasticidad de la piel, de cremas que
proporcionan agradable sensación de bienestar en la piel, aplanadoras para el
vientre y aparatos vibrotécnicos. Se utiliza la cirugía estética para realzar
los senos, resaltar los labios y eliminar la celulitis. Es la suplantación de
la belleza. Hay una apariencia de belleza. No hay belleza.
Y van ahora
los científicos del CSIC y presentan un complemento alimenticio natural (un
elixir de la juventud), que concentra en una cápsula los beneficios de la
ingesta de 45 kilos de uva tinta. Lo cual que eliminaría el riesgo de
accidentes cardiovasculares.
Increíble.
Sanos y bellos hasta la muerte.
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