Los apuros económicos de las parejas frenan el auge de los divorcios. Eso
dicen los periódicos. No se habla de que haya vuelto el amor, o el afecto, o el
respeto mutuo para que el gentío se divorcie menos. No. Se habla de “apuros
económicos”. De lo que deduzco ‘in contrarium’ que la causa principal del
divorcio es la abundancia económica. Esta posición de la pareja actual,
jurídicamente hipermoderna y socialmente de frescura floral sigloXXI, ha sido
llamada por Francisco Nieva «economía doméstica civilizada». Geulincx quizá dio
en el clavo, no por su enseñanza de la filosofía cartesiana en la universidad
de Lovaina, sino porque observa que el egoísmo es contrario a la razón que “a
tiempos manda dar solaz al cuerpo y desahogo al ánimo”. Tanto boda como
divorcio se mueven en un círculo en el que el egoísmo es el punto de arranque
de toda lucha. Schopenhauer habla de ‘individuación’. Cada individuo está
dispuesto, si llega el caso, a despedazar todo lo que amó «con tal de prolongar
un poco su propio ser, esa gota perdida en el océano». Naturalmente, esto no lo
piensan las parejas antes del casorio, pero los pájaros tampoco advierten el
tiro que va a abatirlos. Lo aparentemente claro del caso es que si los apuros
económicos frenan los divorcios el auge económico favoreció las bodas,
entronizadas en una sexualidad efímera. Esa mezcla de lubricidad y de egoísmo
presente en muchas bodas es la misma que
se encuentra en las obras de Boccaccio y de Chaucer. El sufrimiento del
servicio amoroso va aumentando con la disminución del recurso económico y lo
que fueron goces se convierten en hieles. Fundamentalmente para los ricos, que
son quienes más se divorcian. ¡Qué peste de paraíso artificial para los ricos!,
dice Francisco Nieva. El gentío ha querido imitarlos, alimentado por las
revistas del corazón tan hechas a la cosa del divorcio. El apuro económico le
pone los pies en el suelo. «Sentí tu
mano en la mía, / tu mano de compañera», dijo Antonio Machado. Hoy, sin
embargo, no anda la relación de pareja predispuesta a la anadiplosis.
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