miércoles, 17 de marzo de 2021

 

                CRÓNICAS DE RADIO POPULAR

                                        DESDE CORIA


    Semana Santa en Coria con escasa asistencia de fieles.

 

30 de marzo de 1969

 

 Hoy, domingo de Ramos, comienza la Semana Mayor. La Semana santa, porque recordamos unos misterios santos, dolorosos y trágicos, a través de los cuales la naturaleza humana del Verbo hizo posible la redención de los hombres.

En Coria tiene especial realce la rememoración de estos hechos de la vida y muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Los oficios litúrgicos de Semana Santa están presididos por el señor obispo de la diócesis, don Manuel Llopis Ivorra. Procedente de Cáceres, ha llegado a Coria a las diez horas de la mañana. En la puerta de la catedral lo esperaba el ilustrísimo, aunque reducido[1], cabildo de Coria, con traje coral. Seguidamente, la comitiva entró en el templo catedralicio, dirigiéndose el obispo a la capilla del Santísimo donde oró unos minutos.

Concluidos los Oficios, el obispo presidió la procesión de los Ramos, que se inicia en el trascoro. Los componentes salen por la portada que antiguamente fue la puerta principal del templo, la famosa portada renacentista que da a la parte de poniente, y que hoy día no está abierta habitualmente al público. A la procesión asistieron muy pocos fieles.


Con estos actos comienza la Semana Santa en Coria. El profundo sentido cristiano de las funciones litúrgicas es lo que hay que actualizar: no es la mera contemplación del oficio litúrgico, sino adaptar a la propia vida lo que en él se simboliza. Durante estos días, la prensa, la radio y la televisión pondrán ante nuestros ojos multitud de obras de arte alusivas a la crucifixión y pasión de Cristo, desde Mantegna hasta Dalí, desde Lucas Cranach hasta Velázquez. Sin embargo, el cristianismo no es una obra de arte: es una obra de vida.

 

Desde Coria, para radio Popular de Cáceres, J.G.




[1] Desde 1954, año en que el obispo Llopis trasladó el Seminario Mayor a Cáceres y declaró cocatedral la iglesia cacereña de Santa  María, la mayoría del clero catedralicio se trasladó a la capital de la provincia, por lo que el cabildo de Coria quedó reducido a la mínima expresión, constituido por los pocos sacerdotes que daban clase en el Seminario Menor.

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