martes, 16 de febrero de 2021

 


                    CRONICAS DE RADIO POPULAR

                                                DESDE CORIA



Noche vieja y Año nuevo.

La hoguera de los Quintos.

 

1 de enero de 1969

 

 

 

 

Pasó 1968. Problemas, satisfacciones, alegrías y dificultades han quedado sumergidas en el pozo del recuerdo. 1968 se agarró desesperadamente a la Noche Vieja, su última noche, antes de ser desplazado definitivamente a la historia. En Coria la Noche Vieja ha seguido el desarrollo que puede haber tenido en innumerables puntos del mundo: alegría familiar, alegría social, salas de fiesta, alcohol, gamberros y serpentinas, y quizá también un poquito de reflexión.

La nota para destacar como típica, tradicional, hondamente popular y todo eso, es la «cantada de los quintos». Los quintos están en edad de ir a filas. Tienen 20 años. Para los niños, los quintos son esta noche seres admirables. Para los maduros, solamente son unos pobre diablos. Los quintos han ojeado y preparado, días antes, la viga de un enorme árbol en el término municipal. Esta viga ha de ser quemada públicamente la última noche del año. Trasportarla desde donde se halla hasta el lugar destinado para la quema, constituye toda una proeza. A base de carros y a fuerza de brazos, ya que la tracción será la de sus propios músculos, la arrastran hasta la ciudad. Varis horas se consumen en el recorrido porque las interrupciones y paradas se prodigan a voluntad para beber y discutir. La viga ha de llegar a su destino, cueste lo que cueste. De lo contrario, la quinta y todos sus componentes no podrán verse libres de los remoquetes populares, irónicos y crueles, refiriéndose a su hombría.

Una vez la viga en el punto señalado (este año la llevaron junto a la Cruz de los Caídos, en la explanada de Osorio)[1], los quintos recorren las calles cantando y bebiendo. De madrugada, encienden la tradicional hoguera en la que se consumirá la viga.

A las 9 de esta misma mañana, con una helada que solidificaba el aliento, la viga agonizaba, consumida, aferrándose a sus últimas chispas en un vano intento de perdurabili­dad. Los quintos se habían retirado a sus casas, después haber recibido esta especie de alternativa de mayoría de edad que supone esta noche de insomnio, de vino en demasía y de canciones.

 

Desde Coria, para Radio Popular de Cáceres, J.G.

 

 

 

 

 

 




[1] En la actual Plaza de la Solidaridad, se hallaba situado el monumento a los Caídos. Fue demolido en el año 1984 (?).

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