CRÓNICAS DE RADIO POPULAR
DESDE CORIA
Partido de fútbol Coria-Marsan.
El factor
suerte y el árbitro.
21
de abril de 1968
Casi siempre se ha considerado como un sistema cómodo de justificación ante los demás atribuir al «factor suerte» una innominada culpabilidad en la serie de situaciones que pueden acarrear la fortuna o la desgracia. Sí, cualquier actuación puede justificarse atribuyendo sus consecuencias a la suerte. «Fue una buena suerte», suele decirse con aire satisfecho. O «qué suerte más negra», se gime con mustio talante. Y todos tan contentos.
Esta
introducción dedicada a la grácil silueta del hado mitológico viene a cuento
del acontecimiento deportivo que ayer, domingo, tuvo lugar en el campo de
fútbol “La Isla”, del C.D. Coria. Competían, en airoso match
futbolístico, el Marsan, de Cáceres, y el equipo representativo de Coria, en
partido oficial valedero para el campeonato de Liga organizado por Educación y
Descanso. La tarde de abril, incipiente e inseguro, era templada. El público
acudió al campo masivamente a causa de la expectación que el partido había levantado,
ya que se enfrentaban los dos equipos mejor clasificados en la recién terminada
liga nacional, categoría de II Regional. Antes de empezar el encuentro se
guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimiento de Benítez, defensa
del C.F. Barcelona recientemente fallecido a consecuencia de una intoxicación.
El primer tiempo finalizó con empate a cero goles. Y fue durante esta primera mitad cuando el «factor suerte» comenzó a mostrar su aspecto burlón y quisquilloso. Hubo dos goles cantados a favor del Coria. A un pase en profundidad de Diego, Bruna se cuela velozmente y, sobre la misma linea de córner, centra. Polo, perfectamente colocado, remata de cabeza y el balón es detenido por el guardameta del Marsan, se le escapa de las manos y Barrantes, a un metro de la portería, resbala y no puede marcar. Primera actuación del «factor suerte». A los pocos minutos se repite la misma jugada, calcada de la anterior: el cabezazo de Polo se estrella en el larguero. Segunda actuación del «factor suerte».
Pero
fue en las segunda mitad del partido cuando, de una manera increíble, el
«factor suerte» favoreció al equipo visitante y volvió la espalda
descaradamente al equipo local. A los 17 minutos se produce una falta en contra
del Coria, fuera del área: saque libre indirecto. Así lo entendió Arturo que
cedió gentilmente el paso al esférico para que se introdujese en su propia
meta. El árbitro contabilizó el tanto como válido diciendo que había levantado
la mano al indicar el lanzamiento de la falta y que por tanto era directa. Y
allí fue Troya. El juego estuvo detenido durante ocho minutos. Ustedes se
imaginan lo que son las discusiones de los jugadores con el árbitro y el
vocerío indignado de los espectadores. Pues eso.
Tuvo
oportunidad de empatar el Coria, con un penalty a su favor, pero Diego,
nervioso, lo lanzó fuera. Dos penaltis le fueron hechos a Barrantes, pero el
árbitro no se enteró porque seguía el juego de lejos, a causa de estar cansado
y lesionado, según él mismo manifestó después en las casetas. A partir de aquí,
el equipo del Coria se desmoralizó y a partir de entonces el Marsan aprovechó dos oportunidades para marcar
otros tantos goles.
El resultado final de 0-3 no refleja en absoluto la realidad del encuentro. Buen partido el del Coria, que no mereció perder. El aludir, pues, al factor suerte en este caso, no es una cómoda justificación.
Desde Coria, para Radio Popular de C
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