CRÓNICAS DE RADIO POPULAR
DESDE CORIA
Extraño acontecimiento meteorológico.
La granja sin tejado.
14
de febrero de 1968
La
tarde estaba tranquila. Pero a eso de las seis, se produjo un repentino y
violento huracán que no duró más allá de los siete segundos. Atmosféricamente
no fue preparado de antemano: las nubes no oscurecían el sol, el viento no
soplaba. Nada hacía presagiar la tormenta. El huracán surgió de improviso, una
fuerza repentina que procedía del oeste (de la Mohecilla) y que desapareció
repentinamente por el este (la zona del cementerio). Lo curioso y sorprendente
del caso fue que recorrió una zona de unos 70 metros de anchura, trazando un
auténtico zig-zag que comprendía la antigua fábrica de harinas “Virgen de
Argeme”[1],
el Colegio Libre Adoptado[2],
la factoría algodonera Cepansa y una extractora de orujo[3],
edificaciones situadas en las afueras de la población, al margen del centro de
la ciudad, que fueron las principalmente perjudicadas.
La
fábrica de harinas “Virgen de Argeme”, ahora convertida en granja avícola,
quedó literalmente sin tejado. Este cronista recorrió los lugares siniestrados
y resulta increíble que, en un margen de tiempo de 7 segundos, un tejado de 30
metros de largo y 10 de ancho fuese limpiamente arrancado de cuajo, volase
íntegro por los aires y fuese a aterrizar con violencia a 15 metros de
distancia, precisamente sobre otra granja, donde aplastó a 93 gallinas. Muchas
gallinas del primer edificio, la granja destejada, fueron a para al cementerio,
revoloteando y con plumas. La techumbre de ambos edificios quedó destrozada.
Pérdidas, más de 200.000 pesetas.
La
factoría algodonera Cepansa sufrió el derrumbamiento de 75 metros de tapia.
Como extrañas naves del espacio volaron las cubiertas de uralita de seis
pabellones. En el transformador de entrada de linea de alta tensión, quedaron
eliminados los hilos de enganche y, al desaparecer éstos, fueron perforados dos
discos de cristal, pasamuros, de 32 centímetros de diámetro. La descarga
producida fundió dos apoyos del seccionador y dos terminales de alta tensión.
Total aproximado de pérdidas, 250.000 pesetas.
Los
ventanales del Colegio Libre Adoptado de Enseñanza Media quedaron reducidos a
añicos. 31 lunas de cristal, de gran tamaño, revolotearon como metralla por las
aulas, afortunadamente vacías desde hacía escasos minutos.[4]
Las pérdidas sobrepasaron las 20.000 pesetas.
La
causa del fenómeno atmosférico obedeció probablemente , según explicaciones de
personal cualificado, a una masa eléctrica de tipo desconocido acompañada de
fortísimo viento y granizos del tamaño de huevos de perdiz. El viento era tan
fuerte que muchos olivos de la Mohecilla fueron arrancados de raíz y
arrastrados varios metros por la pendiente que baja hasta el arroyo Cadenetas.
No
hubo que lamentar desgracias personales, afortunadamente. Tampoco faltó la
anécdota. Ocurrió en la granja avícola. En la planta alta, comunicando con el
departamento donde cacareaban tranquilas las gallinas, hay una pequeña
habitación, sin puerta, utilizada para almacenar el pienso de las aves. En ella
se encontraba un hombre, anciano y sordo, que se hallaba encorvado mientras
llenaba sacos de alimento para distribuirlo a continuación entre las gallinas.
Naturalmente, no oyó el ruido retumbante que antecedió al desastre. Pero sí advirtió
un repentino y sorprendente resplandor, y exclamó: «Coñó, cuánta claridad».
Cuando se incorporó y alzó los ojos, el tejado había desaparecido.
Desde
Coria, para Radio Popular de Cáceres, J.G.
[1]La fábrica de harinas
“Virgen de Argeme” era un edificio situado en el lugar en que hoy se encuentran
las llamadas “Casas de Málaga”, nombre debido al propietario de la fábrica, don
Manuel Málaga.
[2]El Colegio Libre Adoptado
era el edificio que hoy ocupan las instalaciones del edificio “Alagón”, dentro
del recinto del actual Instituto de Enseñanza Secundaria.
[3]Situada en la fábrica de
aceite de don Felipe Iglesias que linda, en la actualidad, con el C.P. Camilo
Hernández.
[4]El horario escolar de
tarde comprendía clases regladas de 4 a 6.
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