miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿COMPARARÍA USTED A MESSI CON LANG LANG?


El pianista chino Lang Lang sorprendió el fin de semana con su presencia en el Camp Nou. Gran admirador del juego de FC Barcelona, del que dice es "música", comparó a algunos jugadores con grandes compositores.

Y yo digo:
Me gusta el fútbol, los fines de semana veo los partidos televisados, a mi juicio, más interesantes. Pero me gusta más la música. No, no cualquier clase de música. Me gusta la música clásica. Admiro a Messi como futbolista. Admiro aún más a Lang Lang, sobre todo cuando interpreta al piano a Chopin o a Mozart (la sonata No. 10 en Sol Mayor, por ejemplo, tan fina, tan limpia, tan ensoñadora). Pero, vamos, comparar a Messi con Mozart es hacer una apreciación inapropiada de ambos personajes. Supongo que habrá sido para halagar la egolatría de Josep Maria Bartomeu, en su visita al Nou Camp. Cosas así suelen acontecer.

jueves, 13 de noviembre de 2014

RELATO DEL TIPO QUE NO SE CONSIDERABA RACISTA


Tengo un conocido que se considera escritor, futbolero y amante de la naturaleza, cada vez que nos vemos me da la palmada en el hombro y me pone a hervir la cabeza con sus obviedades cansinas y reiterativas. Nos encontramos en la acera, cerca de la entrada de Mercadona. ¿Recuerdas a Luis Aragonés? Sí, cómo no, le dije. ¿Y recuerdas los términos en que se dirigió a Reyes? No, a tanto no llego, respondí. Sí hombre, continuó, aquella frase que cundió tanto en los medios de comunicación. Me puso la mano en el hombro: pues resulta que para animar a Reyes, que entrenaba desganado, Luis Aragonés le gritó algo así como:
—¡Joder, échale huevos!, que tú eres mejor que el negro de mierda del Arsenal (Thierry Henry). Metió la pata. Pero Luis no se consideraba racista. Sin embargo, los arrieros se pusieron a darle palos y no pararon hasta pasadas tres semanas. (Los arrieros mediáticos, prensa, radio, televisión, ya comprendes, actuales repartidores de candela criticona y feroz). La tecla del racismo salta a la más mínima, ¿no crees?, y no se tiene en cuenta la singularidad de la frase, una simple frase no puede definir a nadie como racista, sí lo definiría la pluralidad de frases, ese negro de mierda, o por el estilo, pronunciadas con animo ofensivo frecuentemente y a diario. Si yo digo, excepcionalmente y por una vez, que Bolaño, por ejemplo, era un chileno de mierda, nadie me tildará de racista, dirá que es pura envidia lo que me corroe. Puede ser, le interrumpí, su novela '2666' es considerada como una de las más influyentes en lengua española. No le pareció oportuna mi interrupción. Continuó, como si tal cosa: si yo, hombre blanco, le digo a otro hombre blanco ‘eres un andaluz de mierda’ (por ejemplo, a mi vecino) él no correrá voceando que soy un racista, me dirá muy tranquilo que soy un gilipollas. En eso estamos de acuerdo, le dije. Me miró con desconfianza unos segundos. Continuó:  Si alguien le dice a Romelu Lukaku que es un negro, el hablante no es racista porque, efectivamente, el futbolista del Everton es negro. Luego el matiz ofensivo de la frase reside en el complemento preposicional ‘de mierda’, repetido con frecuencia sobre una o varias personas, no en la atribución de negro o de chileno. ¿Qué te parece? Eres un genio de la reflexión comparativa, dije. Y nos despedimos hasta otra.

martes, 11 de noviembre de 2014

RELATO DEL TIPO QUE NO SE DORMÍA VIENDO LA TELEVISIÓN

Entiéndase. Porque cualquier pensador de los que piensan, hay tantos, aunque parece que no, parece que el gentío no piensa, pero ocurre lo contrario de lo que parece, porque una cosa es parecer y otra ser, ya lo hemos dicho en repetidas ocasiones, por eso hay pensadores que piensan y pensadores que parece que piensan, y no es cosa de ahora, Armando Tomás Guíu lo señalaba en el TBO de los años cincuenta-sesenta, se refería a los pensamientos mentales de madame de la Tontaine, el pleonasmo utilizado como refuerzo embellecedor de la ignorancia porque, usted comprende, un pensamiento mental dota a la ignorancia de energía revitalizadora, un pensamiento mental eleva la ignorancia a la categoría de verdad cuasi absoluta, puede usted comprobarlo en los múltiples programas televisivos que se cuelan en los salones domiciliarios y los decoran y los culturizan, los incluyen en la cultura del mamoneo opinante, en la erudición del dialogueo vociferante, en el conocimiento del cotilleo murmurante, en el estudio del marujeo babeante, el pensamiento mental transmite la noticia aureolada de idiocia repugnante, y disculpe, usted comprenda, la utilización desmedida del epímone para expresar lo inexpresable, que quizá la ignorancia también puede ser bella, e incluso útil, no tienen por qué moverse en terrenos opuestos la belleza y la ignorancia, no tienen por qué batirse en duelo epistemológico la belleza y la ignorancia, la ignorancia puede ser bella aunque carezca de los fundamentos del conocimiento científico, o quizá por ello, la belleza puede ser ignorante aunque posea su correspondiente epiqueya para acomodar a sus propios intereses las circunstancias de tiempo, lugar y persona. (Dicen que Malcolm Lowry escribió "Bajo el volcán" completamente borracho. Yo no he llegado a tanto).

viernes, 7 de noviembre de 2014

RELATO DE LA VIEJITA QUE QUISO CONVERTIRSE EN UNA MUJER JOVEN

La viejita cruzaba la avenida frente a la plaza de la Constitución, vino la ambulancia con su urgencia y su piii poooooo, piii poooo, y la dejó aplastada como a un billete de cinco euros. Subió al cielo y le hicieron la inspección de entrada. Oh buen Dios, siempre he sido trabajadora, piadosa y caritativa, suplicó la viejita. Al buen Dios se le conmovió su barba eterna y dijo: en recompensa, te concedo cuarenta años más de vida. La viejita bajó de nuevo al mundo, se miró al espejo y pensó que estaba muy vieja para vivir cuarenta años más. Así que decidió acudir a una clínica de cirugía estética facial y corporal. Le agrandaron los ojos, le eliminaron las arrugas del rostro y de la frente, le abultaron los labios, le dejaron los pechos vigorosos y erectos, le transformaron el vientre caído y decrépito en una superficie plana y apetitosa, le practicaron un lifting de muslos y la piel perdió su flacidez y recobró su elasticidad. La viejita quedó transformada en una mujer joven, bella, atractiva, sexy. Cuando aquella tarde cruzó la plaza de la Constitución, los tercerasedades la miraban de reojo, se daban con el codo y se decían en voz baja ¡qué polvo! La ahora mujer joven volvió a cruzar la Avenida, y la ambulancia con su urgencia y su piii poooo, piii pooooo volvió a dejarla como a un billete de cinco euros. Subió al cielo muy enfadada y le dijo al buen Dios: ¡Me has mentido! ¡Me prometiste cuarenta años más de vida! Y el buen Dios respondió: ¡Anda, si eres tú otra vez! ¡No te había reconocido!