lunes, 7 de abril de 2014

DESMITIFICACIÓN DE LA PRIMAVERA


Esta primavera está vacía de sentimientos. Pero no es ella, somos nosotros. Estamos tan vacíos de sentimientos que incluso los informadores se trastuecan y perturban con las heridas de la primavera. Porque no creo que sean ignorantes. O quizá lo sean cuando utilizan la expresión de «catástrofes humanitarias». El concepto de ‘humanitario’ significa algo que se refiere al bien del género humano, cosa que es esencialmente imposible en cualquier catástrofe. Si lo de «catástrofes humanitarias» lo repiten una y otra vez telediarios y boletines de noticias, advierto a los desavisados que, con ello, están expresando justamente lo contrario de lo que quieren decir: lo humanitario tiene como finalidad aliviar los efectos que causan las guerras en las personas que las padecen, alivio imposible si va unido a una catástrofe. Las catástrofes sólo pueden ser humanas; las ayudas sí pueden ser humanitarias. 
Esta primavera es una mierda, a pesar de los verdes tallos de los árboles, a pesar del lujurioso esplendor de la glicinias, a pesar de la purísima diafanidad del cielo. Esta primavera, que ha limpiado el oxígeno mental del pueblo español. (¿Puedo decir 'pueblo español' o hay que decir 'este país'?). La inmensa mayoría está contra la guerra. E incluso los descreídos, resentidos, anticleretas y progretas utilizan las declaraciones del Papa y lo citan con el mismo fervor con que antiguamente se citaba la Rerum Novarum. Esta primavera es una mierda porque el efecto de la guerra va a ser la paralización de la inversión en bolsa. Lo de las víctimas, cada vez más civiles inocentes, es lo de menos. A los muertos que les den responsos. 
Mientras, Putin prosigue en sus esfuerzos para desestabilizar Ucrania.


No hay comentarios:

Publicar un comentario