Es fácil la cosa de escribir. Leer se lee
poco. Pero escribir escribir, lo que
se dice escribir, la gente escribe una barbaridad. Lo cual que es índice,
registro y exponente, todo a la vez, de la asentada cultura por la que
atraviesa la sociedad. El problema (que no es tal problema, afirmo) reside en
que hay que leer mucho para poder escribir. Si no se lee no se escribe. Pero da
igual. En una sociedad como la nuestra, una sociedad tan informada, no es
importante el hecho de leer. Aunque la sociedad no esté formada, está muy
informada. Las cadenas de televisión y las emisoras de radio informan a diario,
con la sobreabundancia de las moscas en el vertedero, acerca de los
acontecimientos regionales, nacionales, internacionales. Son las fuentes
principales de las que se bebe la información. La
sed del personal es insaciable, así que las citadas fuentes hidratan, oxigenan,
refrescan e incluso nutren de atosigante información las neuronas cognitivas
del gentío, realzadas por su capacidad opinante. Si alguien opina, es que está
informado. No hay más que ver los ingeniosos y cultos mensajes de opinión, de
exquisita ortografía, que aparecen en algunas cadenas, esas franjas
horizontales que se deslizan interminablemente en la parte inferior de la
pantalla: «t kiero susi eres la mejor», «la + wapa eres tu belen no agas kaso»,
«techaría un polviyo rayano pq estás mu wna bs», «me das asko tía ponte un
kandao en los morros», y otras excelentes muestras, parecidas e incluso
mejores, del informado caletre del gentío. De lo que se deduce que no es
necesario leer para escribir.
Si me permites, y con "mi exquisita ortografía", me escojonao "a calzón quitao" con la ilustración de tus mensajes, de esos que aparecen en esa marquesina televisiva. Es que ¡cuanta verdad dices! que ya todos somos "cervantes", pero de pacotilla; ¡venga whassaps chabacanos, mensajes jeroglíficos y simplezas de relatos! Nos vemos en Candy.
Si me permites, y con "mi exquisita ortografía", me escojonao "a calzón quitao" con la ilustración de tus mensajes, de esos que aparecen en esa marquesina televisiva. Es que ¡cuanta verdad dices! que ya todos somos "cervantes", pero de pacotilla; ¡venga whassaps chabacanos, mensajes jeroglíficos y simplezas de relatos! Nos vemos en Candy.
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